El fútbol es cuestión de momentos, y son esos estados de forma los que permiten que haya emoción a lo largo de una temporada. Además, cuando dos rachas opuestas se juntan, el pronóstico dista poco de la realidad. El Arsenal, que llegó a juntar 22 partidos sin perder, cierra un mes de diciembre para el olvido, en el que solo ha ganado cuatro de los nueve partidos disputados, perdiendo tres que, además, tienen trascendencia más allá del resultado. Los de Emery está fuera de la Copa de la Liga y lejos de las posiciones de UEFA Champions League, el principal objetivo impuesto por el vasco en su llegada al conjunto londinense. Por su parte, el Liverpool, que vencía pero no convencía en su inicio de curso, termina 2018 como el candidato más serio a hacerse con la Premier League. Los de Klopp no ganan, arroyan. Los de Anfield no gustan, emocionan con su fútbol vertiginoso y equilibrado. Son un equipo, de eso no hay duda, y lo demuestran jornada tras jornada.

El Arsenal volvió a presentar problemas defensivos

A pesar de que su partido ante el Arsenal comenzaba con sorpresa, tras el tanto de Maitland-Niles en el minuto once, el cuadro Red logró reponerse hasta el punto de endosarle una manita a uno de los equipos revelación en este inicio de campaña. La debilidad defensiva Gunner volvió a ser la nota disonante de un conjunto que, eso sí, bajo la batuta de Emery parece algo más atrevido que en los últimos años de la era Wenger. No obstante, eso no es suficiente o, al menos, no lo es ante los grandes equipos del territorio inglés, pues de nuevo los del Emirates Stadium caen vapuleados ante uno de los grandes conjuntos que ocupan año tras año las primeras posiciones de la tabla.

Rápida remontada local

Las llegadas de Sokratis y Lichtsteiner no han tapado un agujero que se ha hecho si cabe más grande con las lesiones de Bellerin y Monreal, de nuevo ausentes en el encuentro disputado en Liverpool. Los de Klopp aprovechan cualquier oportunidad y eso fue lo que hicieron a lo largo de los primeros cuarenta y cinco minutos. Cuatro veces llegaron al marco defendido por Leno y cuatro tantos anotaron para ponerse por delante en el marcador y empezar a pensar ya en su siguiente encuentro, ante el Manchester City en el Etihad Stadium el próximo jueves, 3 de enero. Salah, Mané y Firmino hicieron de las suyas. Volvieron a demostrar que son un tridente espectacular. Que se retroalimenta. Que se entiende a la perfección. Que gusta a cualquiera.

Primero fue el brasileño el que puso todo en orden en apenas un minuto. Poco le duró la alegría al cuadro visitante, pues Firmino se llevó un balón dividido que terminó en las redes de un Bernd Leno que no sabía la que se le venía encima. Saque de centro y de nuevo frente a frente. Torreira la pierda. Mané se la queda y la cede para un delantero que no se pone nervioso. Regatea. Regatea. Y vuelve a regatear. Se queda solo en el área grande y define a placer. 2-1 al cuarto de hora. Anfield ruge. Anfield se relame. Anfield se ve campeón.

Firmino anotó sin mirar su primer gol en el partido | Fotografía: Premier League
Firmino anotó sin mirar su primer gol en el partido | Fotografía: Premier League

Y ya se sabe, con el luminoso a favor todo es más fácil. El Arsenal domina, pero no genera peligro. Xhaka y Torreira tienen posesiones inertes, estériles y poco fructíferas sobre un terreno de juego plagado de leones que no dudan en acometer una estampida ante la portería rival. Así se gesta el tercer tanto. El primero y único de Mané. Tras un despeje del equipo de Emery el balón queda en posesión de Robertson, que con un envío largo encuentra a un Salah que cede al senegalés, quien solo tiene que empujar a la red. Subía el tercero en media hora. Era un vendaval. Un tornado sin nombre que estaba arrasando la parte roja de Londres.

Salah se unió a la fiesta

Pero aún quedaba uno por unirse a la fiesta. El egipcio no quería dejar de estampar su firma en un partido para la historia. Al borde del descanso recibe dentro del área, quiebra a Sokratis, quien le derriba sin hacer demasiado esfuerzo. Seis de uno y media docena del otro. Oliver, el colegiado del encuentro, picó, o acertó, según como se mire, y señaló penalti. No sería el único de la noche, pero este le pertenecía a Salah. Fuerte, sin miedo, engañó a un Leno que sacaba por cuarta vez en cuarenta y cinco minutos su balón de la portería. Finalizaba la primera parte con un delirio sin igual en la grada y con muchas dudas en la parcela visitante.

Salah le cedió el último penalti a Firmino, quien consiguió un hat-trick

La segunda parte se podría haber ahorrado. No sirvió para nada, pues ni el Liverpool quería gastar una energía que será indispensable ante el cuadro Citizen, ni el Arsenal se decidía a dar un paso más a riesgo de encajar una goleada de escándalo. Aun así, en un lanzamiento de córner llegó el enésimo error en defensa del equipo de Emery. Ahora era Sokratis el que derribaba a Lovren dentro del área. Una vez más cincuenta – cincuenta. El griego empuja y el croata se deja caer. De nuevo Oliver señaló los once metros, aunque en esta ocasión el invitado era otro. Salah le cedió la pena máxima a Firmino, que anotó el quinto para su equipo y el tercero en su cuenta particular. Estuvo acertado el brasileño, que no anotaba en casa en liga desde el 14 de abril ante el Bournemouth.

Los jugadores del Liverpool se abrazan tras un gol | Fotografía: Liverpool
Los jugadores del Liverpool se abrazan tras un gol | Fotografía: Liverpool

Poco dio más de sí un encuentro liquidado a la media hora. El Liverpool suma tres puntos antes del gran trámite de esta edición liguera. Sigue líder y sigue batiendo récords, pues es el equipo con más puntos, el segundo con más goles a favor, el menos goleado y el único que sigue sin perder después de haber jugado ya 20 partidos. 17 victorias y tres empates, ese es el bagaje de un equipo que tiene pinta de campeón. Por su parte, el Arsenal suma su segunda derrota en los últimos cinco duelos ligueros. Permanece quinto, aunque puede ver como su distancia con el Manchester United se ve reducida si los Red Devils ganan su encuentro ante el Bournemouth en casa. Los puestos de Champions League están lejos, cada vez más, y ante el Fulham deben ganar y convencer para recuperar sensaciones.

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