Números desiguales en la tercera jornada

Despierta paulatinamente de su inicial letargo el Athletic, quien a pesar de dejarse la puerta abierta en Riazor el pasado domingo, recupera efectivos y una imagen más vivificante, como la mostrada ante el Valencia en La Catedral. Pese a ello, los vascos aún caminan lejos de su meta, que es la de volver a clasificarse para competiciones continentales. Precisamente la Europa League regresa para los leones, en un escenario complicado como Belgrado y ante un rival que hasta la fecha cuenta sus partidos por victorias.

Jornada clave

El Partizan no será ni mucho menos una presa fácil para que los leones hinquen el diente en una jornada que además, es decisiva para el devenir del grupo. Una eliminatoria sin tal nombre ante los serbios que puede dictar sentencia y en la que el Athletic debe sacar al menos cuatro puntos si desea continuar con su periplo europeo. La importancia de sacar buenos réditos a las fechas centrales se presenta como fundamental para lograr plaza en dieciseisavos y a ser posible, evitar rivales de peso. Tras caer derrotado en los Países Bajos, los de Valverde se juegan gran parte de su pase en la antigua capital yugoslava.

Precedentes del Athletic en la tercera jornada de la Europa League

Victoria, empate y derrota

El balance del Athletic en la tercera jornada de las tres ediciones de Europa League que ha disputado no puede ser más parejo, contabilizando una victoria, un empate y una derrota así como cinco goles a favor y otros tantos en contra. De la mano de Joaquín Caparrós, los rojiblancos quedaron encuadrados en la temporada 2009/2010 con Werder Bremen, Nacional y Austria de Viena. El conjunto vasco terminó como segundo de grupo tras el Werder Bremen alemán y cayó con estrépito en dieciseisavos ante el Anderlecht, tras una infausta noche en Bruselas saldada con un rotundo 4-0.

En lo que respecta a la tercera jornada, los vascos se midieron al Nacional portugués, radicado en la isla atlántica de Madeira. La contienda no comenzó bien para los de Caparrós, que tuvieron que hacer frente a un inicial tanto del centrocampista luso Rubén Micael, conocido en el fútbol español por su fugaz paso por Zaragoza. Sin embargo, las certeras dianas de Joseba Etxeberria y Fernando Llorente dejaron los tres puntos en San Mamés y permitieron un desplazamiento más cómodo a Funchal, donde otro gol del delantero de Elgoibar (en su último año como jugador del Athletic) permitió sumar un punto.

Regreso a Europa a lo grande

En el verano de 2011 y de la mano de Josu Urrutia, en Bilbao aterrizó Marcelo Bielsa. Desde un principio el argentino se mostró muy ambicioso y dejó bien claro que no había llegado para hacer amigos, sino para ganar, de la mano de una propuesta de juego atrevida y espectacular como en ocasiones asfixiante. No se quedó lejos el rosarino de sus objetivos, alcanzando las finales de Copa y Europa League. En esta última, después de dejar en el camino a equipos del nivel de Manchester United, Schalke 04 o Sporting de Portugal, fue derrotado con dolorosa claridad por el Atlético de Madrid en Bucarest.

El Red Bull Salzburg austríaco fue el rival en la tercera jornada del grupo F, compuesto asimismo por PSG y Slovan de Bratislava. Los centroeuropeos llegaron a San Mamés con la piel de cordero puesta, pero pronto se manifestaron como un contrincante a tener en cuenta, llegándose a colocar 0-2 pasada la media hora de juego. En el segundo acto, los bilbaínos se volcaron sobre el arco contrario y merced a dos controvertidas penas máximas que transformó Fernando Llorente pudieron nivelar el partido. El posterior triunfo por la mínima en la ciudad de Mozart encarriló el primer puesto para el Athletic.

Contraste en los años de Bielsa

Un cariz muy distinto tomó el desarrollo del curso posterior, en el que los leones se vieron sumidos en un sinfín de adversidades que lastraron el rendimiento de un equipo muy prometedor y que las más de las veces se originaron fuera del terreno de juego. El Athletic acumuló una decepción tras otra y en la Europa League no pudo ni tan siquiera pasar de la fase de grupos, donde se midió a Olympique de Lyon, Sparta de Praga e Ironi Kiryat Shmona.

Le tocó al cuadro de Bielsa visitar el mítico estadio Gerland para jugar contra el Lyon con tan solo un punto en el zurrón. Pese a acreditar méritos para puntuar e incluso vencer, Lisandro adelantó a los franceses nada más comenzar el segundo período. El Athletic buscó con ahínco el empate y lo logró por medio de Ibai Gómez, pero las desgracias nunca llegaron solas para los vascos aquella campaña y en los últimos instantes, Briand desequilibró el encuentro en un mal rechace de Iraizoz para condenar a los leones, que finalizaron en una estéril tercera plaza.