Derroche de optimismo y euforia en las gradas de El Molinón. Después de seis jornadas sin lograr los tres puntos, el Sporting se ha impuesto al Tenerife en un partido en el que los asturianos pasaron rotundamente por encima de sus rivales. El gol a los cinco minutos de Michael Santos encarriló tempranamente el encuentro a favor de los intereses del conjunto asturiano, que lograría marcar otros dos tantos, para desesperación del conjunto tinerfeño, que acabaría con un hombre menos por la expulsión de Bryan Acosta en la segunda mitad. Un Sporting muy distinto, que ha demostrado un cambio de actitud tras la llegada de Rubén Baraja al banquillo gijonés. Primera prueba y primera victoria para el técnico vallisoletano, que ha devuelto la ilusión a su plantilla y a sus aficionados, además de demostrar su confianza por la cantera, ejemplificada con la entrada de Nacho Méndez y Juan Rodríguez en la titularidad.

Huracán sportinguista en el primer periodo

Desde los primeros compases del encuentro, el Sporting fue decididamente a por la victoria. Una presión intensa y una incuestionable concentración que darían sus frutos a los pocos minutos de juego con el primer tanto del partido. Un pase al espacio para Nacho Méndez dentro del área sería aprovechado por el canterano rojiblanco para colocar un centro que, envenenado por un contrario, acabaría en las redes rojiblancas tras ser desviado por Michael Santos.

El duelo comenzaba de forma muy satisfactoria para el conjunto asturiano, que era muy superior al equipo de Martí, incapaz de generar juego. El Sporting había salido muy enchufado al campo y no estaba dispuesto a desaprovechar los tres puntos de la cita. Con el paso de los minutos, el cuadro tinerfeño intentaba crear algo de peligro, aunque sin precisión en los minutos finales. La intensidad sportinguista impedía cualquier tipo de acción ofensiva.

Caras alegres tras el tanto de Carmona | Imagen: LaLiga
Caras de alegría y desenfreno tras el tanto de Carmona | Imagen: LaLiga

Los hombres de Baraja tocaban y buscaban combinaciones creativas con las que incrementar su ventaja, que acabaría produciéndose en el minuto 32 a través de Carmona. Una gran jugada de los locales sufragada por Michael Santos sería culminada por el balear, quien provocaría una especie de parábola mal intencionada que sorprendería a Carlos Abad en la línea de gol. El encuentro pintaba muy bien para el Sporting.

El segundo tanto rojiblanco había hecho muy daño al Tenerife, que no veía opciones de meter mano a los de Baraja. Los problemas para el cuadro insular crecían con la lesión de Carlos Ruiz, que tuvo que dejar el terreno de juego para ser sustituido por Alberto Jiménez. Desafortunada primera mitad para los visitantes, a favor de un Sporting que se había mostrado inexpugnable.

Más igualdad en la segunda mitad

A la vuelta del descanso, el equipo dirigido por Martí intentó coger mayor presencia en el partido, con Longo y Malbasic como protagonistas del peligro tinerfeño en los últimos metros. Los chicharreros se sentían más cómodos en el inicio de la segunda parte, pero sin poner en demasiados apuros a Mariño, que había tenido poco trabajo hasta el momento.

Con el transcurso del partido, el Tenerife decidió poner toda la carne sobre el asador para intentar rascar algún punto de su visita a tierras gijonesas, aunque sin demasiada fortuna. El Sporting era un bloque sólido que no daba pié a fisuras a sus rivales. La oportunidad más clara para los tinerfeños sería en un gol anulado a Víctor Casadesús, por fuera de juego de su compañero Longo, que intervendría en la acción al intentar rematar el esférico.

La intensidad del Sporting fue notoria durante la totalidad del encuentro | Imagen: LaLiga
La intensidad del Sporting fue notoria durante todo el encuentro | Imagen: LaLiga

Las opciones del cuadro insular se esfumaban y la paciencia también. Como resultado de la impotencia acumulada, Bryan Acosta, que ya tenía una tarjeta amarilla, sería expulsado por una dura entrada sobre Nacho Méndez, lo que supondría el fin absoluto de las aspiraciones chicharreras. La ventaja en el luminoso era demasiado abultada como para ser igualada con un jugador menos.

En los últimos minutos del encuentro, con la victoria sportinguista asegurada y con el conjunto tinerfeño derrotado y en desventaja numérica, el partido caería en un dominio absoluto de los pupilos de Baraja, que lograrían aumentar la distancia en el marcador. Un robo de Juan Rodríguez permitiría la conducción de Rubén García, que ejecutaría una asistencia de fantasía con el talón para Moi Gómez, quien solo ante el portero no fallaría con su disparo. Último tanto rojiblanco para confirmar la goleada y el fin de la dinámica negativa del equipo.