Cualquier aficionado que escuchara hace doce meses que el Valencia CF iba a realizar su mejor arranque de la historia, que iba a ser el segundo máximo goleador, el quinto menos goleado y que sus tres delanteros iban a marcar 24 goles (Zaza diez, Rodrigo ocho, Mina seis), casi con toda seguridad se hubiera mostrado incrédulo (y más de uno hubiera preguntado en que división se sacarían esas estadísticas).

La afición no estaba sola en aquel tormento, la afición tuvo a Voro

Afortunadamente para la afición blanquinegra, la situación (al menos, la deportiva) ha dado un giro de 180 grados, consiguiendo dejar en el olvido el esperpento en el que se instauró el equipo a finales de 2016.

 

Voro vuelve a ejercer de salvador

Tras las dimisiones de Cesare Prandelli y Suso García Pitarch, el equipo se encontraba en un indigno decimoséptimo puesto con doce puntos, empatado con la zona de descenso y con la incipiente necesidad de acudir al mercado de fichajes; solo hubo una figura que dio un paso hacia adelante y que dejó a un lado los intereses personales para anteponer el escudo por encima de todo: Salvador González Voro.

El técnico de l’Alcúdia cogía las riendas de un conjunto de jugadores (que no un equipo) defenestrados y, malogradamente, el viaje no podía empezar peor: el 3 de enero, en el partido de ida de octavos de Copa del Rey contra el Real Celta de Vigo, el marcador iba a ser un desolador y doloroso 1-4. Ante los vigueses, el técnico valenciano, saltó al terreno de juego con un equipo cogido con pinzas: sin Garay, Mangala, ni Abdennour, ni tan siquiera Aderlan Santos... La defensa estaba totalmente desollada y tuvieron que cumplir con la papeleta Javi Giménez y Mario Suárez. (La vuelta en Vigo acabaría 1-1 con gol de Vinicius Araujo).

Tras este duro varapalo, seis días después, el equipo del Valencia CF tenía ante sí un auténtico matchball en el Estadio de El Sadar. Los de Voro se enfrentaban al colista, CA Osasuna y el partido no pudo ser más estrambótico. El encuentro pareció haber sido escrito por el peor de los enemigos de los che, y terminó con un marcador fina de 3-3, con gol del osasunista Clerc en el 92 y un penalti fallado por Dani Parejo en los minutos finales.

La cara del entrenador valencianista en la rueda de prensa era un verdadera lágrima. A pesar de esto, era el fiel reflejo del valencianismo y la muestra, de que al menos a alguien en el club, le dolía la situación. La afición no estaba sola en aquel tormento, la afición tuvo a Voro.

Este fue el ejemplo en el cual la afición valencianista demostró estar al pie del cañón cuanta más falta le hacía falta a la entidad che.

Espanyol, punto de inflexión

A partir de aquí llega un punto de inflexión, dentro de lo que fue aquella temporada: por aquel entonces, un sector de Mestalla –la grada de animación, Curva Nord- estaba enfrentada abiertamente con Meriton. Esto fue debido a que en verano, se prohibió la entrada a dicho colectivo a los mayores de treinta años, decisión que no sentó nada bien. Por tanto, la reacción de estos fue la de cesar en las funciones de alentar al equipo durante los partidos.

Sin embargo, dada la extrema situación de peligro en la que se encontraba el club hicieron una excepción. No solo eso, sino que, el valencianismo en general, acudió a la llamada de socorro de su equipo y llenó el estadio para conseguir sacar los valiosos tres puntos con goles de Montoya y Santi Mina en un marcador final de 2-1. Este fue el ejemplo en el cual la afición valencianista demostró estar al pie del cañón cuanta más falta le hacía falta a la entidad che.

Celebración del crucial gol de Martín Montoya contra el RCD Espanyol. Fuente: Valencia CF.
Celebración del crucial gol de Martín Montoya contra el RCD Espanyol. Fuente: Valencia CF.

Carlos Soler comenzaba a grabar a fuego su historia futbolilística marcando su primer gol con la camiseta del primer equipo.

 

Fichajes y portería a cero

Tras esta vital victoria se consiguió materializar, con  mucha incertidumbre, la contratación de Simone Zaza, que había pasado inadvertido en el West Ham y era más recordado por su fallo en el penalti con la selección.

Del italiano, es necesario recordar, que apostó por venir al Valencia CF cuando nadie quería hacerlo y muchos querían huir. Es necesario hacer recordar con insistencia, que tras varios intentos fallidos por García Pitarch, finalmente Vicente Rodríguez es quien cerró la operación en una muestra de confianza por el ariete transalpino.

Pues bien, en el debut discreto y de pocos minutos de Zaza se consiguió la victoria que supuso el primer partido de toda la temporada con el marcador a cero, ¡en la jornada dieciocho! (llegando Enzo Pérez a sacar pecho en sus declaraciones post partido)

Fue en el Estadio de La Cerámica, contra el Villarreal y por 0-2. Sin embargo, el delantero no fue el único talismán valencianista de aquella victoria: Carlos Soler comenzaba a grabar a fuego su historia futbolilística marcando su primer gol con la camiseta del primer equipo.

Carlos Soler en su estreno como goleador valencianista. Fuente: Valencia CF
Carlos Soler en su estreno como goleador valencianista. Fuente: Valencia CF

Queda como nota positiva el agradecimiento de todo el valencianismo a Salvador González Voro por hacer honor a su nombre por enésima vez.

La irregularidad siempre llama dos veces

Sin embargo, aquel Valencia era un conjunto endeble, y a las primeras que le vinieron mal dadas se desmoronaron cual ligero castillo de naipes, llevándose sendas goleadas contra la UD Las Palmas por 3-1 y la SD Eibar por 0-4, respectivamente.

Llegamos a la jornada veintitrés y como muestra de la esquizofrenia que vivía presente en aquel vestuario, se consigue una victoria ante el Real Madrid (posterior campeón del campeonato) en Mestalla por 2-1, con goles de los fichajes de invierno: Zaza y Fabián Orellana, quien había sido expulsado del Celta de Eduardo Berizzo.

Dani Parejo conduciendo el balón frente a Luka Modric
Dani Parejo conduciendo el balón frente a Luka Modric. Fuente: Valencia CF.

En vez de suponer un aumento de confianza, esta victoria supuso abrir un periodo de cuatro derrotas (alguna de ellas realmente sonrojante) y un empate en cinco partidos, hasta que se produce la llegada de Mateu Alemany.

Llegada de Mateu Alemany

El 27 de marzo se hace oficial la firma del dirigente balear en las oficinas valencianistas y, casualmente o no, coincide con el mejor momento blanquinegre en el que se consiguen tres victorias por pimera vez en la temporada. Entre ellas se guarda ya para la hemeroteca y la posterioridad la magistral vaselina de Carlos Soler al Real Celta de Vigo para ganar el partido.

El final de la temporada, con un Valencia CF matemáticamente salvado, se bajan los brazos y se sigue haciendo gala de una irregularidad impropia para la historia de la entidad. A pesar de ello, queda como nota positiva el agradecimiento de todo el valencianismo a Salvador González Voro, por hacer honor a su nombre por enésima vez.

Mestalla le mostró su gratitud a Voro en su último partido como entrenador che. Fuente: Valencia CF
Mestalla le mostró su gratitud a Voro en su último partido como entrenador che. Fuente: Valencia CF

El equipo en esta nueva campaña no tiene nada que ver con el pasado, y ante los ojos incrédulos de propios y extraños, la plantilla de Marcelino va sumando puntos y dando la imagen (ahora sí) de un auténtico equipo.

Marcelino y la revolucación

Después de finalizar esta desesperante temporada, llega el periodo estival de fichajes, el cual  fue literalmente (no podía ser de otra manera): desesperante.

En el seno de los aficionados cada información que se vertía desde los medios de comunicación era desgranada, debatida y analizada hasta la última coma. Así pues, solo hace falta ver el estado de nerviosismo presente en los valencianistas cuando se dudaba entre Quique Setién o Macelino García Toral, quien acabaría haciéndose con el cargo.

A partir de aquí se realiza una revolución (Neto, Murillo, Paulista, Kondogbia, Guedes, Pereira, Maksimovic) en una plantilla en la que -aunque parecía que nunca lo iban a hacer- llegan los fichajes al final del plazo de fichajes y se apuesta por una rotación corta que será nutrida en una parte muy notable por la cantera (Lato, Vidal, Gil, Javi Jiménez, Ferran Torres).

El equipo en esta nueva campaña no tiene nada que ver con el pasado, y ante los ojos incrédulos de propios y extraños, la plantilla de Marcelino va sumando puntos y dando la imagen (ahora sí) de un auténtico equipo.

Pereira, Paulista y Guedes celebrando uno de los goles frente al Real Betis Balompié. Fuente: Valencia CF
Pereira, Paulista y Guedes celebrando uno de los goles frente al Real Betis Balompié. Fuente: Valencia CF

Es necesario volver a mostrar la implicación de un jugador de la actual plantilla, ya que el luso jugó el partido con una fractura y se sometió al quirófano tras la prueba de fuego contra el Barça.

El ascenso meteórico de Guedes

Una de esas incorporaciones de última hora fue el portugués Gonzalo Guedes, quien se perdió los dos primero partidos (UD Las Palmas y Real Madrid) y empezó apareciendo desde el banquillo (Atlético de Madrid y UD Levante). Sin embargo, su primera titularidad lo cambiaría todo.

Un Valencia CF con una victoria y tres empates, e inmerso en el debate de la falta de gol (cuatro goles a favor y tres en contra) pasa a realizar el mejor arranque de su historia gracias a una explosión devastadora de contraataques a la velocidad de la luz y una contundencia estratosférica, teniendo como destacado protagonista al extremo portugués.

Málaga CF, Real Sociedad, Athletic Club de Bilbao, Real Betis Balompié, Sevilla FC, Alavés, Leganés, Espanyol para un balance de ocho victorias consecutivas y una cascada de goles a favor.

Foto de equipo en la última victoria de la racha de partidos consecutivos ganados. Fuente: Vavel Noelia Déniz
Foto de equipo en la última victoria de la racha de partidos consecutivos ganados. Fuente: Vavel Noelia Déniz

Batalla por todo lo alto en el Camp Nou

Sin embargo, la fenomenal trayectoria valencianista se vio eclipsada por otra aún mejor y es que, si Marcelino hizo un gran trabajo con los che, Valverde hizo lo propio con los culés.

De este manera, en Mestalla se vio un duelo entre los dos primeros clasificados de la competición que de seguro no dejó indiferente a nadie en el mundo futbolero: un recibimiento histórico en los aledaños de Mestalla, un gol fantasma de Lionel Messi, el gol de Rodrigo Moreno y su celebración en honor al fallecido Jaume Ortí y el posterior empate blaugrana en los pies de un ex valencianista, Jordi Alba.

A partir de aquí, los valencianistas sufrieron más por la baja de Guedes que por el fin de la racha de imbatibilidad. En este caso, es necesario volver a mostrar la implicación de un jugador de la actual plantilla, ya que el luso jugó el partido con un fractura y se sometió al quirófano tras la prueba de fuego contra el Barça.

Instantánea para la posterioridad de Rodrigo Moreno con la peluca de Jaume Ortí. Fuente: Valencia CF
Instantánea para la posterioridad de Rodrigo Moreno con la peluca de Jaume Ortí. Fuente: Valencia CF

Llegan las vacas flacas con las lesiones

Como una de las auténticas sensaciones que está siendo el jugador portugués, su ausencia también se ha dejado notar más de lo que el valencianismo hubiera querido.

Para más inri, a su lesión, se suman la de Jeison Murillo, Ezequiel Garay y Carlos Soler. Hasta cinco lesionados hizo frente el conjunto valencianista (seis si sumamos la de Gayà a mitad de encuentro) contra la SD Eibar. El balance no fue bueno y tras tres partidos se han sufrido dos duras derrotas a domicilio, consiguiendo los tres puntos en Mestalla contra el Celta

Por último, el año de 2017 acabaría con el peor de los sabores posibles (deportivamente hablando): una nueva derrota, la primera en Mestalla esta temporada y frente a un rival muy tenido en cuenta en los últimos años: Villarreal CF. El único tanto de Carlos Bacca daría la victoria a los groguets.

A pesar de ello, en el Valencia CF solo se piensa en: el próximo partido contra el Girona FC el 6 de enero, el compromiso copero contra la UD Las Palmas del día 3 y acudir al fichaje de invierno para reforzarse .

Sea como sea, la hoja de ruta parece mucho más ilusionante y esperanzadora que en los últimos dos años, y por ello, el valencianismo vuelve a sonreír al pensar en el murciélago sobrevolando muy alto los mejores estadios de Europa nuevamente.

Mestalla volverá a engalanarse para ofrecer nuevos espectáculos de competición europea. Fuente: Vavel Carla Cortés
Mestalla volverá a engalanarse para ofrecer nuevos espectáculos de competición europea. Fuente: Vavel Carla Cortés

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