Real Valladolid y Almería, como no podía ser de otra forma, mostraron su solidaridad con la familia de Gabriel. Ambos conjuntos saltaron al campo vestidos con una camiseta en conmemoración del pequeño “pescaito”. El conjunto almeriense portaba un pez en el pantalón de su equipación de juego.

Tras un riguroso minuto de silencio la mañana soleada que se presentaba en el estadio José Zorrilla no tardó en nublarse. Los de Pucela saltaron al terreno de juego con la intención de dominar el encuentro a través de la posesión.

El Almería, que había comenzado el partido con cinco defensas, esperaba su oportunidad y limitaba sus opciones a la contra. Los andaluces no tardaron en mostrar sus armas y cuando apenas llevábamos tres minutos de juego Masip tuvo que ir a recoger el balón al fondo de su portería.

Rubén Alcaraz puso un balón perfecto desde el flanco izquierdo del meta blanquivioleta para que Sulayman Marreh, a bocajarro, abriera la cuenta anotadora. El que fuese jugador del Real Valladolid no celebró su gol y aprovechó para dedicárselo al pequeño Gabriel.

Una vez más los diez primeros minutos de encuentro, una vez más el Pucela por detrás en el marcador. El gol despertó el instinto ofensivo de los blanquivioletas, que volcaron sus ataques sobre la portería de René. Precisamente el meta visitante fue el culpable de que el Valladolid no pusiera el empate cinco minutos después.

Javier Ontiveros envió un pase milimétrico, que rompió todas las líneas defensivas, para dejar solo frente al portero a Javi Moyano pero René Román con un auténtico paradón desbarató sus oportunidades.

El cronómetro corría y la grada se impacientaba

El partido seguía el plan establecido y el Real Valladolid no conseguía hilar una jugada que le abriera las puertas del gol. Los de Pucela sumaban pases en la medular, sin apenas profundidad, mientras la U.D. Almería dominaba a la perfección las fases del juego con transiciones rápidas que metían en aprietos al conjunto local, que se veía desbordado por momentos sin saber como frenar las acometidas rivales.

No fue hasta el minuto 42, al filo del descanso, cuando el Pucela tuvo una de las oportunidades más claras del encuentro. Javi Moyano puso un centro templado desde la derecha para que Jaime Mata pusiera la firma pero, una vez más, René Román apareció para mantener la ventaja en el marcador. Sonido de viento para Luis César Sampedro y los suyos al final de la primera mitad.

​Óscar Plano como cura

La segunda mitad echó a andar con un doble cambio en las filas del Real Valladolid. Las sustituciones, Michel y Óscar Plano por Anuar y Hervías, eran una declaración de intenciones, el Valladolid quería dominar por completo el juego, y no tardó en probar suerte sobre la portería andaluza.

El Almería siguió con su ambición desde la frontal, sin demasiada fortuna, y con balones colgados al área para poner en aprietos a la defensa vallisoletana. Los de Pucela no cesaron en su búsqueda del empate y, en el minuto 60, Óscar Plano batió a René con un gran zurdazo.

La jugada, que nació en el mismo córner que el gol del Almería, finalizó con un buen centro, en segunda jugada, de Javier Ontiveros para Óscar Plano, que fusiló sin pensárselo dos veces. El gol espoleó a los locales y dejó contra las cuerdas al conjunto rojiblanco, que veía llegar una y otra vez a los blanquivioletas sobre su portería.

​Mata solo necesita una

El Real Valladolid encontró en los segundos cuarenta y cinco minutos todo lo que le faltó en la primera mitad. Transiciones rápidas, cambios de un ala a otra que desarbolaban la defensa rival y le ofrecían la posibilidad de manejar a su antojo a la U.D. Almería, que no reaccionaba tras el gol.

El partido estaba roto, al Almería le pesaban las piernas y el Real Valladolid quería el segundo. Los ataques de los locales eran sinónimo de peligro, hasta cuatro jugadores llegaban al área rival, una y otra vez. Jaime Mata, mucho más presente que en la primera parte, centraba las miradas de los centrales rivales que no le dejaban recibir a gusto.

A la ambición hay que sumarle la pillería y, gracias a esta, el ariete madrileño casi bate, en un mano a mano, a René tras un saque rápido de una falta en zona de tres cuartos. La persistencia dio sus frutos y el pichichi, Jaime Mata, sumó uno más a su cuenta, y ya van 25, para poner el 2-1 en el electrónico.

Borja centró desde la derecha y Jaime Mata la envió al fondo de las mallas con un remate de cabeza, ante el que René no pudo hacer nada.

El segundo gol vallisoletano terminó de matar a los almerienses, que se encomendaron a Sulayman Marreh para llegar a la meta de Masip. Los pucelanos siguieron en lo suyo y no dejaron hueco a los sustos.

Al final, victoria 2-1 para el Real Valladolid que se aupa a la séptima posición con 47 puntos.