1-0, min. 81, Oyarzabal.

Ya es Navidad en el Reale Arena (1-0)

Victoria de la Real Sociedad por 1-0 ante un buen Elche en el Reale Arena. Mikel Oyarzabal convirtió el único gol del encuentro a diez minutos del final tras un generoso regalo de Roco. La Real duerme segunda en la tabla.

Ya es Navidad en el Reale Arena (1-0)
Oyarzabal regatea a Kiko Casilla para marcar el gol del partido, su quinto esta temporada en Liga. Foto: Getty Images.
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Por Hugo Igartua

La Real Sociedad sumó una victoria no exenta de sufrimiento y lucha ante un combativo Elche en el Reale Arena gracias a un solitario tanto de Mikel Oyarzabal propiciado por un error grosero de Roco cuando el partido parecía ya languidecer. Es el tercer 1-0 que suma la Real en su estadio en los cuatro partidos que ha disputado en dicho escenario esta temporada, resultado que le permite colocarse nada menos que segunda en la tabla, a un solo punto del Madrid de Ancelotti, y aprovechando el tropiezo del Atlético en Mendizorroza.

La Real presentó un once de circunstancias debido a la cantidad de lesiones que arrastra. Lobete entró en punta y el joven Beñat Turrientes debutaba acompañando a Merino como volante. Detrás, Zubeldia daba un merecido descanso a Aritz Elustono y Remiro volvía a la portería. El Elche, por su parte, salió con un 4-4-2 que se transformaba en 4-3-1-2 en defensa, cerrando muy bien por dentro y cortocircuitando la circulación de la Real, con Lucas y Benedetto formando una punta de lanza venenosa.

  • Dominio para la Real, ocasiones para el Elche

En este contexto, la primera mitad fue un quiero y no puedo de una Real que dio las gracias por llegar con empate al descanso. El esférico era monopolizado por los de Imanol, pero la defensa sacrificada y acertada de los de Fran Escribá, unido a las bajas de Isak o Silva (cómo no van a notarse en fase ofensiva semejantes ausencias) convertían dicha posesión en un ejercicio fútil y al cuadro de Imanol en una especie de Sísifo futbolístico, que se veía obligado casi por castigo divino a recomenzar la ardua tarea de llegar al área rival cada vez que merodeaba por ella, sin posibilidad alguna de crear peligro ante Kiko Casilla (apenas podemos rescatar una volea de Turrientes que atrapó seguro el portero tarraconense).

El Elche sabía bien a lo que jugaba y se encontraba cómodo en esta tesitura de partido. No sufrió atrás y aprovechó las oportunidades que tuvo para lanzar emponzoñados dardos contra la meta de Remiro. Tres fueron, concretamente, las ocasiones en las que los ilicitanos estuvieron a punto de batir la racha de imbatibilidad de Remiro en el Reale Arena este curso. La primera, una combinación de bellísima factura que concluyó con un centro con intención de Mojica al segundo palo, donde Benedetto, con todo a favor, estrelló el esférico contra la madera. La segunda, poco después, tras un desafortunado resbalón de Merino, que propició una contra fugaz en la que Lucas se quedó ante Remiro, si bien algo escorado. El zurdazo del coruñés lamió el poste de la portería defendida por el meta navarro. Y, por último, ya en la recta final de primera mitad, fue Piatti quien sorprendió a propios y extraños con un potente zurdazo desde la larga distancia, que botó cogiendo velocidad ya en el área pequeña y complicó la vida a Remiro, que solventó la situación con mucho tino. 

Lucas Pérez, muy activo en ataque, se lamenta tras marrar una clara ocasión. Foto: Getty Images.
Lucas Pérez, muy activo en ataque, se lamenta tras marrar una clara ocasión. Foto: Getty Images.

Necesitaban los de Imanol un cambio de rumbo, si bien el banquillo ofrecía pocas alternativas. El Elche se fue a vestuarios lamentando las ocasiones fallidas pero con el convencimiento de que su plan de partido era el adecuado.

  • Ciclogénesis explosiva txuriurdin

Pero todo quedó dinamitado en el inicio de la segunda mitad. La Real, espoleada por las 24.000 almas que las restricciones sanitarias permitían reunirse en el Reale Arena, salió con rabia, con orgullo, y apretó de lo lindo a un Elche que fue perdiendo seguridad y concentración. 

Pudo marcar en este rush inicial Mikel Oyarzabal tras un regalo de Mojica, forzado por la presión de la Real, pero primero Kiko Casilla y luego Roco, ejerciendo como portero sin manos, desbarataron una ocasión de las más claras que puede uno encontrarse en un partido de fútbol. Un minuto después, de nuevo forzando el error ilicitano, fue Lobete quien estuvo a punto de batir a Casilla, pero su disparo cruzado no encontró puerta por milímetros. Lo intentó de nuevo el propio Lobete dos minutos después con una franca volea desde dentro del área que salió desviada. 

  • El Elche estabiliza el partido y roza el gol

A base de "pausar" el juego (siendo eufemísticos) en cada balón parado y de oxigenar la situación sacando buenas faltas e incorporando hombres de refresco, el Elche logró bajar el soufflé txuriurdin y el partido regresó a los cauces que llevaba en la primera mitad. Fue en esta fase intermedia de la segunda mitad cuando Piatti tuvo la ocasión de poner el 0-1 en el marcador. El veterano extremo argentino se encontró en buena posición, cerca de la frontal y sin dudarlo sacó un zurdazo con rosca y veneno, teledirigido hacia la escuadra opuesta del arco realista. Remiro se vistió de Superman, de Arconada, y voló sin motor para rozar con la yema de los dedos el balón, que acabó golpeando en el travesaño para salir a córner. 

Pudo ese ser el momento decisivo del partido, pero de nuevo el Elche vio cómo la suerte no le sonreía en el área rival. Y eso, en LaLiga Santander, y ante un rival como la Real Sociedad, se termina pagando.

  • Roco dinamita el partido

Y eso es lo que sucedió. Corría el minuto 80 de manera aparentemente intrascendente, con Remiro tocando el balón para Zubeldia en campo propio. Algún despistado podría incluso estar mirando el móvil y se perdería lo que sucedería a continuación. El azkoitiarra condujo hasta la medular y lanzó un globo en dirección a la medialuna del área rival. Roco llegaba sin problemas a cortar el balón con la cabeza, en una acción de extrema sencillez incluso para jugadores no profesionales. Pero el central pasó de héroe, habiendo salvado el gol de Oyarzabal, a villano, regalándoselo al mismo hombre, que estaba detrás de él para aprovechar su incomprensible no-salto (en la repetición se intuyó un ligero resbalón o desequilibrio que podría explicar la fatalidad), recoger el balón con un gran control con el pecho, regatear a Casilla y marcar a placer, para celebrarlo con efusividad y corazón con la poblada y enérgica grada sur del Reale Arena. Mikel es un tipo generoso, y es de generosidad aceptar los regalos que uno recibe.

Poco más pudo hacer el Elche. El gol dejó aturdidos a los de Escribá, con la sensación de que no habían merecido el resultado que reflejaba el marcador, y apenas crearon peligro en los últimos minutos. Alguacil blindó al equipo con la entrada de Aritz por Merino, pasando a disponer una línea de 5 defensores. Lo más peligroso del Elche llegaba de las botas de un Mojica que cuajó un partido soberbio, pero con esta nueva formación sus subidas quedaron neutralizadas con más eficacia. 

De este modo, la Real suma su quinta victoria de la temporada, suma seis duelos ligueros sin perder, continúa sin encajar un gol en el Reale Arena en los cuatro partidos que ha disputado en él y se coloca segunda en la tabla, a solo un punto del Real Madrid. Casi nada, y más teniendo en cuenta las 10 bajas que sufre el equipo. El domingo que viene, tras disputar el jueves un vital choque europeo ante el Mónaco, los de Alguacil viajan al campo del colista, el Getafe, con la intención de irse al parón en una situación privilegiada.

El Elche, por su parte, se mantiene en la zona media-baja de la tabla con 6 puntos, pero deja atrás el mal sabor de la abultada derrota en Villarreal y recupera esa imagen y sensación de equipo duro de roer. La semana que viene recibe al Espanyol en un partido en el que espera sumar los 3 puntos, tras un inicio de calendario muy complejo en el que ya se ha enfrentado a Atlético, Athletic, Villarreal, Sevilla y Real Sociedad.