Quién nos lo iba a decir. Ni los más optimistas del lugar veíamos en José Alberto -un entrenador con cierta experiencia en la categoría, aunque sin proyectos de larga duración- una promesa cuya realidad ha superado con creces. Una salvación más que holgada con numerosas victorias de mérito (Granada, Eibar, Málaga o Albacete) que por fin han dotado al club de una mínima estabilidad en el fútbol profesional. Es una realidad.
Estilo reconocible
Y es que gran parte de su éxito radica en, como decimos, imponer una idea de juego clara que, si bien podía sufrir pequeñas variaciones a su llegada en función del equipo rival, el paso de los meses ha reforzado su plan inicial en el que los jugadores se encuentran cada vez más cómodos. Como bien reconoció el propio JAL a su llegada, pudo "aprovecharse" de los buenos conceptos defensivos impartidos por Romo centrándose así en mejorar la parcela ofensiva. Y vaya si lo hizo, consiguiendo doblar el número de goles anotados y destapando la mejor versión de hombres de ataque como Jordi Mboula o Íñigo Vicente.
Y es que los goles no llegaron por casualidad: El equipo gozó de una mayor presencia ofensiva en campo contrario, ya fuera por combinaciones rápidas desde atrás como por robos en campo rival -verticalidad e intensidad-. En este nuevo contexto resurgen dos nuevos nombres clave para este nuevo Racing: Íñigo Sainz-Maza y sobre todo Aritz Aldasoro. Todocampistas con incansable trabajo defensivo capaces también de romper líneas en conducción e incluso anotar goles. Renovación más que merecida.
De esta forma y con un juego más vistoso en el que hombres como Peque o el reciente Lago Junior se unen a los ya mencionados, son los encargados de destapar el tarro de las esencias gracias a la mayor libertad que atesoran en fase ofensiva. Además, la solidaridad defensiva y las constantes ayudas son clave para minimizar los espacios concedidos, y en este aspecto son clave todos los integrantes de la plantilla. Un verdadero lujo.
Jugadores enchufados
Otra gran victoria del cuerpo técnico encabezado por JAL es la implicación que se palpa en el equipo. Son los jugadores importantes como Pombo o Pol Moreno celebrando los goles en la banda pese a contar ahora con menos minutos. Es Jokin Ezkieta entrando por una sanción de Miquel y transmitir tanta seguridad en dos partidos que ha sido imposible volver a quitarlo. Es el propio Pol Moreno jugando sus mejores minutos en LFP tras muchos meses sin apenas participación. Y Peque, y Aritz, y Mantilla... que ya veremos quién es el guapo que le sienta ahora. Un ecosistema perfecto de trabajo y meritocracia que permite mostrar la mejor versión de muchos jugadores, que incluso con progresión y gran futuro eligen renovar y continuar en el proyecto cántabro. Y que dure muchos años.
Los chavales, al prau
Y por si todo esto fuera poco, ni siquiera le tiembla el pulso al bueno de JAL para dar minutos de calidad a los chavales del Rayo que se encuentren en posición de disputarlos: Es Yeray Cabanzón el caso más evidente con su dinámica de primer equipo desde la llegada del míster, dando pasos progresivos en su camino de asentarse con el primer equipo. Su primer gol -golazo, y de importancia capital- en LFP así lo demostró. No se quedó atrás la asistencia de Mario García, el ya lateral suplente de Saúl García, que disputará su puesto a lo largo del año. Otra realidad. Y no le pesa poner a Mantilla, a Peque... y los que están por venir. Gran pretemporada de Yeremy y Diego Campo, que se han ganado disputar algunos minutos este año. Seguro que JAL cuenta con ellos.