El Racing sufrió de lo lindo para sacar algo positivo en su encuentro en Gran Canaria y no fue hasta el minuto 86 donde Jorge Pombo de penalty -sí, de penalti- y tras la revisión del VAR -sí, del VAR- transformó el tanto que a la postre fue definitivo para empatar la contienda ante un gran equipo que se postula como firme candidato al ascenso. Punto para creer.

Yeray titular

Pocas novedades en la alineación respecto al anterior encuentro en Cartagena. Germán acompañó en la zaga al líder Rubén Alves con Dani Fdez y Saúl García como laterales de corte más ofensivo. Aldasoro se mantuvo en el eje con Íñigo Sainz-Maza y Mboula y Pombo fueron los encargados de conectar con Gassama. La baja de Vicente por un proceso estomacal fue suplida por Yeray Cabanzón, que se ganó la oportunidad tras las palabras de elogio del míster en rueda de prensa. Consecuente.

La otra nota positiva de la jornada la pusieron Juergen Elitim y Cedric, que volvían a la convocatoria tras recuperarse de sus respectivas lesiones. Dos piezas clave y muy queridas entre el racinguismo que esperaban su oportunidad desde el banquillo. 

Con estos ingredientes y la expectación por comprobar si los brotes verdes de Cartagena seguían su curso, el partido comenzaba con el equipo local dominante en la posesión, con un juego combinativo y preciso, siendo pausados en el inicio y verticales en ataque. De esta forma, el Racing apenas conseguía poner en aprietos a los locales, viéndose muy exigidos en defensa.

Sorprendentemente, las primeras ocasiones fueron para los cántabros: Un disparo lejano de Yeray que atrapó Álex Domínguez y un centro tenso de Mboula que no pudo conectar Gassama con precisión. Tras sendos avisos, fueron los pío-pío los que, tras una pérdida de Aldasoro tratando de sacar el balón jugado -se nota la intención de José Alberto- propició una gran jugada local que acabó con Pejiño recortando a Saúl y batiendo con potencia a Miquel Parera (1-0 min. 24). Gran gol de los jugadores de más calidad locales ante los que quizás pudo hacer algo más Saúl.

El gol no cambió apenas la tónica del encuentro, puesto que la UD Las Palmas era capaz de zafarse con calidad de la tímida presión visitante. De esta forma se fueron consumiendo los minutos hasta prácticamente el descanso, donde un cambio de orientación preciso a Mboula destapó la mejor acción racinguista de la primera parte: Dos recortes de Jordi que finalizaron con un disparo seco del extremo que envió a córner Álex Domínguez. El Racing estaba vivo.

Presencia de aficionados racinguistas en la grada canaria pese a la distancia. Imagen: RRC
Presencia de aficionados racinguistas en la grada canaria pese a la distancia. Imagen: RRC       

Distancia mínima

Con los mismos protagonistas sobre el césped daba comienzo la segunda mitad. Un guion similar a la primera donde el Racing trató de maximizar sus virtudes: Salida combinativa en lugar de patadón para pillar a Las Palmas más descolocados. De esta forma llegaron las mejores ocasiones para los montañeses, con varios centros al corazón del área de Saúl que no pudo rematar Sekou -internada al área incluida tras varios recortes de calidad-, así como otra gran acción de Mboula que encontró a Matheus -acababa de entrar por un Sekou renqueante- que estrelló el esférico en el larguero en un remate de mucha calidad. No había suerte y el conjunto de José Alberto hacía méritos para lograr al menos el empate. 

Los mejores minutos verdiblancos (hoy verdinegros) coincidieron con Íñigo Vicente en el campo, que ocupó el lugar de Yeray, y Juergen Elitim que dispuso de varios minutos en sustitución de un apercibido Aldasoro. A destacar también un par de aproximaciones locales con sendos disparos desde la frontal que cerca estuvieron de batir a Miquel Parera.

Cuando el encuentro parecía abocado a la previsible victoria local, otra buena acción por banda izquierda finalizó con un balón al área que Dani Fernández anticipó al defensa canario, forzando -revisión del VAR incluída- un penalti en el minuto 85. Otro gran partido del lateral madrileño que no para de crecer y se está convirtiendo en uno de los baluartes del equipo. Hay lateral para rato.

Jorge Pombo -que estuvo más impreciso de lo que nos tiene acostumbrados- asumió la responsabilidad ante la sonora pitada local y los nervios de los parroquianos racinguistas, que se temían lo peor tras el 0/3 en penaltis del presente curso. Nada más lejos, con mucha sangre fría, el maño batió con tranquilidad al arquero canario, poniendo el que a la postre sería el definitivo 1-1 (min. 87).

Con el imprevisto del empate, los locales se lanzaron en tromba a por el gol de la victoria, pero los pupilos de Romo Alberto recordaron tiempos anteriores achicando agua con destreza ante un equipo teóricamente superior. En definitiva, un punto de mérito que mantiene al Racing en la pelea por eludir las posiciones de descenso y debe servir a los jugadores para aumentar la confianza en lo que les pide el míster: control y toque de balón. Hay jugadores y calidad para ello.