Tras un comienzo de año ilusionante en el que Pouille se situó entre los diez mejores tenistas, su año se truncó, no consiguió dar con la tecla y esto le ocasionó un conjunto de derrotas seguidas que hicieron que el francés acabara el año en blanco y ocupando el puesto 32 del ranking ATP. Tras esto, Pouille decidió que lo mejor era romper con su hasta entonces entrenador, el francés Emmanuel Planque (con el que llevaba seis años) y unirse a su compatriota Amelie Mauresmo. Esta no es la primera vez que sus caminos se encuentran, ya que la ex tenista había sido con anterioridad la capitana francesa de la Copa Davis.

Para Amelie Mauresmo será su segunda experiencia al frente de un jugador ATP tras su experiencia con el tres veces campeón de Grand Slam Andy Murray desde junio de 2014 hasta mayo de 2016. Lo cierto es que Amelie Mauresmo lleva casi dos años y medio sin entrenar a nadie, sin embargo, Pouille tiene claro que la ex No. 1 y dos veces campeona de Grand Slam, le aportará la experiencia necesaria para volver a situarse entre los más grandes del circuito y volver a disputar la mayoría de torneos.

Lucas Pouille se mostraba muy satisfecho al anunciar a Amelie Mauresmo como nueva entrenadora ya que espera que le ayude a que 2019 sea más exitoso. "Después de una intensa reflexión, estoy muy feliz de comenzar mi nueva colaboración con Mauresmo. Creo que su experiencia como jugadora y entrenadora me ayudará muchísimo a la hora de alcanzar mis metas. Estoy seguro de que haremos grandes cosas juntos. También agradezco a la FFT por la ayuda brindada en este asunto", declaraba el tenista al periódico francés, L’Equipe.