El calor, la humedad, el verano, las bebidas frías y los desmayos. Cinco de los muchos adjetivos que tiene el Open de Australia. Un torneo único, con solera, clásico, que cambió su color de pista del verde al azul para favorecer la visión a todos los espectadores. Melbourne se viste de gala para recibir a los mejores. El mejor regalo de Reyes posible, eso sí con cierta posterioridad, pero como dice el refrán "Lo bueno se hace esperar".

El vigente campeón, y de las dos últimas ediciones del Open de Australia, Roger Federer, iba a ser el encargado de cerrar la primera jornada del Open de Australia 2019 sobre la pista principal del complejo australiano de Melbourne Park, la Rod Laver Arena. El sorteo le deparó un cuadro interesante, con tenistas que podía hacerle sufrir al suizo. El primer combatiente, el veterano uzbeco Denis Istomin, que podía dar ritmo de partido al suizo debido a sus características de juego. Un muy buen primer rival para ir entrando en calor.

Sin mucho desgaste

Haciendo gala de un gran poderío en todos los aspectos del juego, sobre todo en el saque, Federer dominaba a Istomin haciendo el partido que quería: sirviendo majestuoso, con puntos cortos, tratando siempre de dominar y sobre todo ahorrando fuerzas al resto para tener el menor desgaste posible. En menos de media hora de partido, Federer ya tenía en el bolsillo el primer set del torneo, continuando así con las grandes sensaciones que dejó en Perth hace un par de semanas donde se proclamó campeón junto a su compatriota Belinda Bencic.

Federer empezó con el buen pie | Foto: zimbio
Federer empezó con el buen pie | Foto: ATP

En el segundo set, el guión apenas cambió. Federer prosiguió en su salsa: sin conceder opciones al saque y esperando la oportunidad al resto, que volvería a llegar pronto en el segundo set.

Dejando puntos maravillosos, Federer comandaba el partido encaminándolo poquito a poco hacia una nueva victoria, la que sería la número 15 de manera consecutiva puesto que llevaba sin perder en Melbourne desde el 28 de enero del 2016, momento en donde cedió en las semifinales ante un Novak Djokovic más que excelso.

Los siguientes minutos transcurrieron sin muchas incidencias reseñables. Federer, con algún que otro fallo, se acabó llevando el segundo set tras aprovechar la ventaja del break y dar un pasito más hacia su primera victoria oficial del año y en el primer Grand Slam de la temporada.

En el tercer set, Istomin mostró algo más de batalla inicial llevando así la igualdad al marcador y manteniéndose vivo en el partido. Tras un maratoniano juego en donde ambos tuvieron sus oportunidades para apuntarse el juego, fue Federer quien finalmente no quiso esperar más y consiguió el break en el tercer set para dejar más que encarrilado el triunfo.

El partido expiraba y ya no hubo sobresaltos. Poco antes de llegar a las dos horas de partido, Roger Federer certificaba su victoria en el debut tras derrotar al uzbeco Denis Istomin en tres sets por 6-3 6-4 y 6-4 para acceder a la segunda ronda donde ya le espera el británico Daniel Evans