Pablo Carreño sigue demostrando que es la mayor esperanza del tenis español para un futuro. El joven jugador ha confirmado que tiene esa garra que caracteriza a los españoles dentro de la pista y que tan difíciles les hace de ganar. El asturiano tuvo un cuadro complicado tras tener que enfrentarse a un Almagro que estaba jugando su mejor tenis de la temporada y a un correoso Ferrer que siempre es un hueso duro de roer sobre la superficie de la arcilla. En la final se topó con un inesperado Gilles Müller, un extraño en este tipo de condiciones, ya que se suele prodigar más en pistas de hierba o duras. Poco pudo hacer el del centro de Europa, ante un Carreño que demostró todo su potencial de fondo para desbordar a su rival y levantar su tercer título ATP.

Los torneos previos a los Master 1000 siempre son complicados y más aun si el torneo siguiente se disputa en Madrid, lugar en el que los tenistas españoles quieren rendir a su máximo nivel para llegar lo más lejos posible apoyados por su público. El de Gijón declaró los primeros días que quería levantar el trofeo de la ciudad lusa, aunque quizás acusara el cansancio en la capital española durante la próxima semana. Nadie esperaba en la final de domingo a Müller, sobre todo porque en el cuadro había especialistas de la superficie, pero por unas cosas y otras no habían sido capaces de llegar a la última cita.

Una apisonadora llamada Carreño

El partido no tuvo color. Pablo era el claro favorito para levantar el título tras su gran adaptación a la superficie preferida por los españoles. En el inicio del partido ya se dejaba notar la tensión en ambas raquetas con dos roturas en los dos primeros servicios. Carreño no se dejó intimidar tras ceder su primer saque y demostró esa solidez de fondo de la pista que consigue desbordar a los rivales durante los encuentros. Müller que tiene en su saque una de sus principales armas, se mostró errático con su primero y lo aprovechó el español para conseguir dos roturas y llevarse la primera manga por un cómodo 6-2.

En el segundo set las cosas se igualaron mucho más. El luxemburgués pareció relajarse y empezar a encontrarse a gusto con su servicio. Una bola de break a favor tuvo que levantar para llegar a una muerte súbita que podría confirmar a Pablo Carreño como uno de los jugadores revelación de la temporada. Los nervios no se apoderaron del español, que fue capaz de continuar con su nivel de tenis para con un mini break conseguir llevarse el segundo parcial que le acreditaban como campeón de Estoril sucediendo al otro español Nicolás Almagro.

Poco tiempo tendrá la promesa española para aclimatarse a las pistas de la Caja Mágica, en la que disputará el Mutua Madrid Open esta semana. Por el momento Carreño se coloca séptimo en el Race To London y está más cerca de colocarse en el Top 20 mostrando su gran progresión y regularidad a lo largo de la presente temporada.