Siendo este su enfrentamiento número 20 entre ambos -Nadal lidera con 16 victorias contra tres para Wawrinka-, Nadal y Wawrinka estaban listos para dejar todo en busca del título en Roland Garros. Mientras que Rafael buscaba su décimo título en este torneo, el suizo venía con la esperanza de ganarlo por segunda vez -ya le había ganado al serbio Novak Djokovic en 2015 por 4-6 6-4 6-3 6-4-. El recorrido a la final no fue tan fácil para el suizo, pero sí para el español.
Por el lado de Nadal, tuvo que vencer en primera ronda al francés Benoit Paire (6-1,6-4, 6-1), al holandés Robin Haase en segunda (6-1, 6-4, 6-3); en tercera al georgiano Nikoloz Basilashvili por 6-0, 6-1, 6-0; al español Robert Bautista Agut en cuarta (6-1 6-2 6-2), y al otro español, Pablo Carreño Busta, en cuartos de final, donde Nadal empezó ganando por 6-2 y, cuando iba 2-0 arriba, Carreño tuvo que abandonar por una lesión. Para llegar a la final derrotó al austriaco Dominic Thiem -que fue verdugo del serbio Novak Djokovic-, con un contundente 6-3, 6-4, 6-0.
Wawrinka, por su parte, derrotó al eslovaco Jozef Kovalic por 6-2, 7-6, 6-3; al ucraniano Aleksandr Dolgopolov por 6-4, 7-6, 7-5; al italiano Fabio Fognini 7-6, 6-0, 6-2; al francés Gael Monfils por 7-5, 7-6, 7-6, 6-2; al croata Marin Cilic por 6-3 6-3 6-1 en cuartos de final; y al número uno del mundo Andy Murray por 6-7, 6-3, 5-7, 7-6, 6-1 para llegar a su primera final del año y segunda en Roland Garros.
A toda máquina
Con todo listo en la Pista Philippe-Chatrier se puso en marcha la tan ansiada final, que dispuso de un estadio en donde no cabía ni un alfiler. Nadal abrió el jueg con su servicio (1-0) y Wawrinka empató rápidamente para poner el 1-1. Luego de que Rafa se pusiera en ventaja por 2-1 (evitando un quiebre del suizo), Wawrinka empató en 2-2 (evitando cuatro quiebres del español) y que Nadal ganara su servicio para el 3-2. Con ello llegó el primer break point del encuentro donde Nadal tomaría ventaja de 4-2.
El español confirmó el quiebre con su saque en 5-2 y en el siguiente game, donde Wawrinka tenía la presión de ganar su servicio para mantenerse en el set, el español no dejó dudas y con 43 minutos de juego se llevó el primer set por 6-2. Autoridad absoluta ante un Wawrinka superado.
El quiebre marca la diferencia
Con el primer set ya en el pasado, Wawrinka intentó hacer fuerza para empatar en el segundo. Pero la firmeza del español haría que, luego de ganar su servicio (1-0), volviera a quebrar al suizo y se pusiera 2-0.
Nuevamente confirmó Rafa el quiebre (3-0) y al término de una seguidilla de juegos sin que se vulneraran el servicio (3-1 Wawrinka, 4-1 Nadal, 4-2 Wawrinka, 5-2 Nadal y 5-3 Wawrinka) llegó el noveno game donde, con su servicio y un solo set point, Nadal sellaba el segundo set por 6-3 y mordía media copa de los mosqueteros. El suizo se veía totalmente superado por el tremendo poderío del ya diez veces campeón.
Te sale campeón hasta con un quiebre
Ya en el tercer set, Wawrinka tenía que dejar todo o perder en el intento, mientras que Nadal tenía que salir para disfrutar e ir por su título. Generando el cuarto quiebre del partido, Nadal se adelantó por 1-0 y con su servicio llegaría al 2-0. “Stan” descontó en 2-1, pero luego de que el español se pusiera 3-1, volvió a romper el servicio a su oponente para estar 4-1 en uno de los games más largos del encuentro (Rafael tuvo un solo break point y Stanislas tuvo cuatro oportunidades para descontar en 3-2).
Rafael confirmó una vez más, de manera inapelable, el quiebre en 5-1. A pesar de la fuerza de Wawrinka por querer seguir, a Nadal le alcanzó con dos match points para cerrarlo en 6-1.
De esta manera, cuando se cumplían dos horas y siete minutos, el español Rafael Nadal se consagró campeón en el segundo Grand Slam del año, llegando a su décimo título en este torneo y el cuarto en el año: campeón en Monte Carlo, Madrid y Barcelona. Un soberbio Rafa Nadal, que apabulló sin piedad a todos sus rivales, solo perdió 35 juegos en el torneo, sin ceder ni uno solo de los sets jugados.
De tal manera, como solo los campeones saben hacer, Rafael Nadal, entre lágrimas y ante el cerrado aplauso del respetable, se coronó y escribió una nueva página en la historia del tenis. A poco que continúe, se ganará ser condecorado con "Rafael Nadal X, Rey de París".
