El tenista murciano Nico Almagro no vive sus mejores momentos. A sus 32 años, el jugador atraviesa uno de sus peores estados de forma. Solo ha ganado diez partidos, mientras que ha perdido doce. Por el contrario, en dobles su balance es positivo, siendo algo meramente anecdótico: cinco victorias y dos derrotas. Sus molestias en la rodilla han provocado una caída de cien puestos en el ranking de la ATP.

Almagro comenzó hace casi un año en el torneo de Doha después de año nuevo, cuajando una gran actuación. Las victorias ante Kolhschreiber y Lorenzi le dieron alas, pero desde la derrota en cuartos de final ante el número uno –por aquel entonces- Andy Murray empezó a caer en picado desde el 41º puesto del mundo.

Mischa Zverev le eliminó en la primera ronda del ATP 250 de Sidney, pero una semana después igualó el mismo y pobre resultado en el Open de Australia, cuando se retiró después de perder los primeros cuatro juegos de partido ante el francés Jeremy Chardy. Almagro dejó de competir hasta casi tres meses después.

El español reapareció en el Challenger de Verrazano (Francia), donde perdió en primera ronda ante el italiano Cecchinato, que le remontó el set inicial. El mes de abril fue la época del curso donde más pudo jugar. Cayó en su primer partido del Open de Marrakech, pero pudo alcanzar la segunda ronda del Masters 1000 de Monte Carlo, donde cayó ante el belga David Goffin sobre la tierra batida del Principado. Puso punto y final en Barcelona a su frenético abril, cayendo en su segundo partido ante Alexandr Zverev.

Carreño Busta en Estoril y Djokovic en Madrid fueron sus víctimas en las primeras semanas de mayo, mientras que en Roma tuvo que ser Rafa Nadal quien le parase los pies en el que fue su mejor torneo. Después de verano Almagro nunca pudo volver a competir con regularidad, pero a partir del año que viene buscará una remontada que le coloque de nuevo entre los mejores tenistas del mundo.