Una nueva edición del clásico texano más repetido en los últimos años era el evento de la noche. Pese a ser un derbi, las realidades no podían ser más opuestas. Los Spurs llegaban con un record de 10-3 y 5 victorias en fila, aunque con las bajas destacadas de Aldridge y Parker (descanso). En la vereda de en frente, los Mavericks traían 5 derrotas en la misma cantidad de presentaciones, y con un roster plagado de lesiones, con Nowitzki, Bogut, Deron Williams o Barea como sus principales afectados. Pese a eso, el diezmado plantel de Dallas dio batalla hasta el final, pero la jerarquía y experiencia de San Antonio fue el factor determinante en el final.
El partido comenzó muy parejo, con Seth Curry dirigiendo la ofensiva de los Mavs y Harrison Barnes como su socio, mientras que Leonard y Gasol sacaron la cara por los Spurs al final del primer cuarto para irse con una ventaja de 4 puntos. En el segundo cuarto, un Dallas muy intenso en defensa y con mayor acierto en el ataque lograron la remontada, y con Curry yéndose al descanso con 17 de sus 23 puntos y 5/6 de triples.
En el segundo tiempo y pese al llamado de atención de Popovich, Dallas salió muy acertado desde el triple, con un Wesley Matthews inspirado hasta sacar 8 puntos en el marcador. Al final del periodo, y con Ginóbili y Patty Mills como banderas, el conjunto del Álamo logró recortar ventajas poco a poco hasta irse al último cuarto en empate a 73. Allí, parecía que los Spurs lograban sacar la diferencia necesaria, y pese a los intentos de Harrison Barnes, unos últimos minutos con intervenciones claves de Manu Ginóbili, con un robo y varios rebotes determinantes, lograron inclinar la balanza para los Spurs.
Las bajas en San Antonio, importantes pero no determinantes
Más de 33 puntos por partido en promedio eran bajas en San Antonio. Dwayne Dedmon (3,8 – baja por lesión), Nicolás Laprovittola (3,1 - baja debido a que le sacaron un diente), Tony Parker (9,6 – descanso luego de una lesión) y sobre todo LaMarcus Aldridge (18,2 – descanso también) aportan puntos valiosos al equipo noche a noche. Pese a ello, lo cierto es que Gregg Popovich logró buscarle la vuelta al encuentro para llevarse la victoria.
La anotación volvió a ser repartida, pese a que por tramos del partido parece que el libro de jugadas desaparece y la única acción es un aclarado para Kawhi Leonard. El alero aportó 24 puntos y 9 rebotes, siendo el jugador más destacado del partido. Pau Gasol sigue mejorando sus prestaciones y adaptándose al sistema Pop, y contribuyó con 16 puntos y 8 rebotes. Patty Mills partió como suplente pese a la baja de Parker, pero desde el banquillo sumó 17 puntos, con 6-11 de campo, aunque el más destacado fuera del quinteto inicial fue Manu Ginóbili. Pese a sumar solo 8 puntos, también subió a su estadística 4 rebotes, 3 asistencias, 3 robos y unos últimos dos minutos del encuentro de manual, recurriendo a toda su experiencia. Un robo clave a Matthews, un par de rebotes en momentos calientes y la gran defensa en la última bola también sobre el escolta ex de Portland fueron decisivos para que San Antonio logre vencer por decimosegunda vez consecutiva a los Mavericks como locales.
Los Mavericks dan la cara hasta el final
Nada se puede reprochar Rick Carlisle. Su plantilla contaba con las bajas de Dirk Nowitzki, su capitán, pero también de José Juan Barea, Andrew Bogut, Devin Harris y Deron Williams. Con solo 9 jugadores en la rotación, y tres de ellos novatos, lo cierto es que su conjunto compitió hasta el final contra uno de los contendientes al título. Los llamados a ser referentes ofensivos esta campaña, Wesley Matthews y Harrison Barnes, lograron una de sus mejores actuaciones de la temporada, con 20 puntos cada uno y tirando del carro todo el partido. A ellos se les sumó Seth Curry, una de las mejores noticias de este flojo arranque de temporada de los Mavericks. El hermano del MVP de la NBA se fue hasta los 23 puntos, con 9-16 de campo y 5-10 de triples, junto a 4 asistencias.
Aunque no fue suficiente, el resto de la plantilla también dio la cara, con mucha personalidad y supliendo la teórica diferencia de jerarquía. Salah Mejri inició el partido y marcó 8 puntos, 11 rebotes y 4 robos, y todos los jugadores que ingresaron al partido exceptuando a Nicolás Brussino (el que menos jugó y el único que no lanzó) anotaron al menos un punto. Pese al destacado partido, los de Dallas siguen siendo el peor equipo de la NBA, con 2 victorias y 11 derrotas, y son la peor ofensiva.
No va a ser fácil la remontada para la franquicia de la que es dueña Mark Cuban, ya que el miércoles reciben a los Clippers, el mejor equipo de la competencia hasta el momento, y luego visitaran a los campeones, los Cleveland Cavaliers, el viernes. Los Spurs, por su parte, parten hacia una gira de 3 partidos por el Este, donde visitarán a Charlotte, Boston y Washington, con el objetivo de seguir entre los primeros del Oeste.