Arteta quitaba sorprendentemente la línea de cinco defensas que tantas alegrías le ha dado al Arsenal últimamente, prescindiendo de Maitland-Niles, y también dejaba fuera a Elneny después de un comienzo realmente bueno del egipcio, para jugar con Ceballos y Saka de interiores en un 4-3-3.

 El West Ham llegaba al choque en una crisis institucional, sin fichajes y con su capitán criticando a la directiva por redes sociales. David Moyes volvía a apostar por Antonio como referencia arriba y dejaba fuera de nuevo a Yarmolenko, a Felipe Anderson y a Haller, pese a que el francés consiguió anotar dos goles entre semana ante el Charlton en la Carabao Cup.

 Los gunners comenzaron el encuentro con clara intención dominante, con Willian juntándose mucho con los jugadores del centro del campo y creando superioridades en zonas centrales, pero los visitantes corrigieron rápido, sacrificando más en defensa a Pablo Fornals. A partir de entonces, el Arsenal no conseguía crear espacios en la defensa rival con facilidad, pero metieron la primera que tuvieron, un gran pase interior de Saka para Aubameyang rompió por completo a Diop, y el gabonés puso un centro magnífico a la cabeza de Lacazette, que remató a la red contundentemente. A partir del gol, el partido se embarulló y ninguno de los dos equipos parecía cómodo sobre el césped, ambos perdían balones muy tontos y no conseguían crear ninguna jugada peligrosa. No fue hasta el último minuto de la primera parte cuando los hammers consiguieron igualar el partido, lo hicieron en una contra fantásticamente conducida por Jarrod Bowen, que soltó el balón justo en el momento perfecto para Friedricks y el lateral derecho asistió a Antonio para que solo tuviese que empujarla.

 Tras el descanso, los jugadores de Moyes salieron mucho más enchufados al campo. Combinativamente no conseguían generar demasiado, pero sí que creaban peligro mandando balones aéreos a la zona de Gabriel Magalhaes, que en la primera parte realizó dos acciones que pudieron haberse considerado como penalti y estuvo muy inseguro durante todo el partido. Un cabezazo de Antonio al larguero y una acción en la que Leno hace una gran parada a bocajarro tras otro error de Gabriel en un centro lateral pudieron poner por delante al West Ham, pero la suerte no estuvo de su lado. Arteta metió en el campo a Pépé para intentar desequilibrar por la banda derecha, pero el franco-marfileño no funcionó, y no fue hasta el minuto ochenta y cinco el momento en el que Bukayo Saka se saca otro pase absolutamente magistral de la chistera para dejar solo a Dani Ceballos, que asistía para que Eddie Nketiah, que había entrado sustituyendo a Lacazette, metiera el gol que decidía el partido.

 Los tres puntos se quedan finalmente en el Emirates y le sirven al Arsenal para meter presión desde el principio a sus rivales directos y unirse al Everton en la cima de la clasificación de la Premier League.

 Por su parte, el West Ham United se encuentra en la posición inversa, con cero puntos en dos partidos, envuelto en una crisis institucional, sin fichajes hasta el momento y sin tener asegurada la continuidad de su estrella, Declan Rice.