Javi Calleja, tres temporadas al mando del Submarino

Siete puntos en las primeras seis jornadas ligueras. La temporada 2017/2018 había empezado, pero los resultados no acompañaban. La derrota a domicilio por 4 a 0 ante el Getafe se convirtió en el detonante final en la destitución de Fran Escribá. El Villarreal anunciaba en la mañana del 25 de septiembre la decisión de rescindirle el contrato al técnico valenciano y, horas después, comunicaba la llegada de Javi Calleja al banquillo del primer equipo. El club castellonense apostó por un hombre de la casa, de confianza y con un inicio de temporada inmejorable al mando del filial amarillo. Desde su llegada, Calleja ha luchado por mantener al equipo en lo más alto posible, pero no todo ha sido tan fácil. Tras firmar la quinta plaza y el puesto europeo, el técnico cayó en su segundo año al mando del Villarreal y, tras conseguir la permanencia en las últimas jornadas, el Submarino ha vuelto a posicionarse en la parte de arriba. 

Pasado 'groguet'

Javi Calleja era el aspirante perfecto para suplir la destitución de Escribá. El madrileño llegó en los años de oro del Submarino. Debutó en la temporada 1999/2000, año en el que el Villarreal, que militaba en Segunda División, logró el tercer puesto de la clasificación y el ascenso directo a la máxima categoría del fútbol español. Calleja defendió la elástica durante siete temporadas en las que el Villarreal consiguió proclamarse campeón de la Copa Intertoto en dos ocasiones (2003/04 y 2004/05) y alcanzó las semifinales de la Champions League ante el Arsenal en su último año como ‘groguet’. Acabada la temporada 2005/2006 y tras caer en las puertas de la final del sueño europeo, el Málaga llamó a las puertas de Calleja. El madrileño militó en el cuadro andaluz durante las siguientes tres temporadas antes de marcharse a Osasuna donde disputó sus últimas tres antes de colgar las botas como jugador.   

En 2014 empezó su carrera como entrenador y para ello volvió a la que un día fue su casa. Javi Calleja dirigió al Villarreal Juvenil en División de Honor durante tres temporadas llenas de éxitos, en las que logró tres ligas consecutivas y alzó la Copa de Campeones en su debut como técnico amarillo. Tras un inicio de ensueño, el madrileño pasó a dirigir al Villarreal B durante la temporada 2017/2018 en el grupo 3 de Segunda B, consiguiendo números que lo posicionaban en segunda posición con 14 puntos en seis jornadas y a tan solo dos del liderato mallorquín. Pero el 25 de septiembre llegó la llamada del primer equipo.

El salto a Primera División 

El Villarreal decidió apostar por Javi Calleja, tenía un gran historial como entrenador y conocía la casa amarilla. El madrileño llegó en momentos difíciles para el Submarino que había empezado la temporada con grandes e importantes bajas: Bruno Soriano – había sido operado en el mes de julio por las molestias que arrastraba –, Sergio Asenjo – en fase de recuperación tras la rotura de ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda – y Andrés Fernández – rotura de ligamento anterior cruzado de su rodilla derecha en la segunda jornada. Así y ante las continuas lesiones del resto de la plantilla, el técnico, que ya conocía la cantera, decidió darles la oportunidad a jugadores como Dani Raba, Ramiro Guerra, Ander Cantero o Chuca. 

El debut del técnico llegaba tres días después. El Submarino se enfrentaba en fase de grupos de Europa League al Maccabi Tel Aviv y para ello apostaba por un once diferente: Barbosa en portería; Mario y Jaume Costa en los laterales, Bonera y Víctor Ruíz en el centro de la defensa; Fornals y Soriano en los extremos, Ramiro y Trigueros controlando el mediocentro y Bakambu y Bacca en punta de ataque. El empate a cero marcaba el inicio de una nueva era. 

Calleja se convirtió en el entrenador con mejor inicio en Primera División del equipo amarillo: cuatro victorias y tan solo un empate en los primeros cinco partidos. Pero las dudas entre la afición empezaron a aparecer tras las remontadas inesperadas ante el Sevilla (2-3) y el Leganés (3-1) y las derrotas frente al Maccabi Tel Aviv (0-1) en el partido de vuelta y el Barcelona (0-2). No obstante, Calleja retomó el vuelo y llevó al Submarino a recuperar los buenos resultados. El equipo amarillo cerró la campaña 2017/2018 en quinta posición con 61 puntos, tras caer eliminado en octavos de final de la Copa del Rey ante el Leganés y en dieciseisavos de Europa League ante el Olimpique Lyon. 

Tras una temporada de buenos resultados, llegó la decaída. La campaña 2018/2019 fue para olvidar, un año en los que la luz no llegaba y en el que el Villarreal se acomodó en la parte baja de la clasificación de la que le costó salir. Si la derrota por 4 a 0 ante el Getafe fue el detonante de Escribá, la derrota en La Cerámica por 2 a 3 ante el Celta lo fue de Javi Calleja. En 15 jornadas y a cuatro para el final de la primera vuelta, el equipo amarillo había conseguido sumar tan solo 14 puntos en tres victorias, cinco empates y siete derrotas. El lunes 10 de diciembre de 2018, el Villarreal comunicaba la destitución de Calleja y, por tanto, la llegada de Luís García Plaza al banquillo amarillo. El técnico dirigió al Submarino en seis jornadas ligueras – dos derrotas y cuatro empates –, una victoria en fase de grupos de Europa League contra el Spartak Moscú y la eliminación de Copa ante el Espanyol (Villarreal 2-2 Espanyol y Espanyol 3-1 Villarreal). 

Regreso y permanencia

Tan solo 50 días después, Calleja volvía al Villarreal. El 29 de enero , el club villarrealense anunciaba la vuelta del técnico madrileño. “Hay tres situaciones que me han hecho tomar la decisión de volver: los jugadores, la fe que tengo en ellos y en poder sacarlo entre todos; el Villarreal, uno cuando toma esta decisión utiliza la cabeza, le da muchas vueltas y pesa pros y contras, pero en esta decisión lo que más ha podido ha sido el corazón; y la tercera ha sido Fernando Roig, la responsabilidad que me ha dado y la confianza ante la que yo no le puedo fallar y ante eso moriré con ello, si hace falta me dejaré la vida hasta que saquemos esto”, confesaba Javi Calleja en su regreso. 

"Si hace falta me dejaré la vida hasta que saquemos esto"

El técnico volvía con más ganas que nunca, dejando a un lado la primera vuelta y pensando en ganar y sacar adelante la temporada. No había tiempo para lamentaciones, empezaba la recta final para mantenerse en la máxima categoría. Fueron meses difíciles, con muchas idas y venidas, en los que priorizaba LaLiga. Tras haber caído en Copa del Rey, la eliminatoria en cuartos de final de Europa League ante el Valencia dejaba vía libre a los últimos partidos, que eran grandes “finales” con mucho en juego.  

Jornada 37, el Villarreal jugaba en casa bajo el cariño de su afición. La victoria ante el Eibar supondría la permanencia, no quedaban más partidos, era la oportunidad para llegar a la última jornada salvados. El gol de Toko Ekambi en el minuto 59 devolvió la ilusión a un Submarino que había estado hundido durante toda la temporada y que con esfuerzo, constancia y trabajo consiguió su merecido puesto en Primera División una temporada más. 

Una temporada que sirvió para aprender de los errores y devolver al Villarreal a su mejor versión. El equipo amarillo ya ha olvidado el tropiezo del pasado año y ha vuelto a luchar por posicionarse entre los mejores de LaLiga. Los castellonenses aprovecharon para reforzar la plantilla en el mercado de verano empezando por la renovación de uno de los hombres protagonistas de la permanencia, Santi Cazorla, y la llegada de jugadores como Alberto Moreno, Moi Gómez, Anguissa o Javi Ontiveros, así como el fichaje de Paco Alcácer tras la marcha de Toko Ekambi en invierno. Sin competición europea, el Submarino rozó la semifinal en un campeonato copero en el que mereció más y en el que cayó en cuartos ante el Mirandés por 4 a 2. 

Actualmente, el Villarreal ocupa la octava posición con 38 puntos a siete de entrar en los puestos europeos. Pese al buen inicio de temporada, el Submarino ha protagonizado una campaña un tanto irregular en la que ha perdido muchos puntos ante rivales como el Leganés, Celta, Espanyol, Mallorca que supieron leer muy bien el partido para frenar a un Villarreal que estaba en racha.