AFC Norte, una rivalidad que llevaba muchos años algo olvidada por el dominio en esta última década de los Steelers y por la mala gestión que la franquicia de Ohio ha sufrido durante ese tiempo, pero en este Thursday Night Football, los Browns querían demostrar que eso iba a cambiar. Y puede que se emplearan con demasiada vehemencia en ello.

No fue un gran partido para el espectador, más bien recordó a los clásicos encuentros de esa división norte, donde el marcador se movía poco pero la enfermería siempre terminaba a rebosar. Se les ponía pronto de cara a los locales gracias a la tan esperada conexión Beckham-Mayfield, y desde ese momento no lo dejarían escapar. El mariscal de Cleveland llevaba toda la temporada en entredicho por el poco cuidado del balón que estaba teniendo y su mala toma de decisiones, pero ante una defensa que venía en racha como la de Pittsburgh, consiguió no lanzar ninguna intercepción y asegurar así que los ataques de su equipo, al menos, no terminaran en buenas opciones para la ofensiva rival. De hecho, no hizo falta que los Browns se prodigaran mucho en ataque, ya que la que se encargó de sellar el partido fue su defensa. A base de una dureza al límite de lo legal en muchas ocasiones, los locales frenaron una y otra vez a unos Steelers que no pudieron con la dureza de su rival. Tanto es así que las dos estrellas visitantes, Smith-Schuster y Conner, tuvieron que ser enviados al vestuario antes de tiempo por sendas lesiones.

Este panorama dejaba a Mason Rudolph sin mucho donde elegir en ataque. El joven QB, que hasta la fecha, si bien no había sido del todo espectacular, había conseguido un juego estable, sin pérdidas y consiguiendo buenos drives para su equipo, no pudo lograrlo esta vez. Se vió sometido a una presión constante y lanzó 4 intercepciones que dejaron muy tocadas las aspiraciones de su equipo para llevarse la victoria. Pero sin duda, eso no fue lo peor para él durante el encuentro.

En la última jugada del encuentro, con todo ya decidido, Myles Garrett lo llevó al suelo de un tackle, cuando ya había soltado el balón, y no terminó ahí, sino que una vez en el suelo lo zarandeó, revolviéndose Rudolph contra él. En ese momento Garrett consiguió quitar el casco del QB y en una de las imágenes más bochornosas de la historia de este deporte, golpeó a Rudolph con su propio casco en la cabeza, comenzando así una batalla campal. Las sanciones sin duda serán ejemplares, habiendo comunicado la NFL de manera oficial que , por el momento, el DE quedará suspendido de empleo y sueldo hasta que finalice la temporada.

Volviendo a lo deportivo, esta derrota aleja un poco a los Steelers de sus aspiraciones de playoff y frena una racha de 4 victorias consecutivas. Los Browns, que podían estar contentos con la victoria, será difícil que puedan utilizarla para reencauzar su rumbo tras perder a su defensivo estrella por lo que resta de temporada.