Tras unir sus fuerzas durante el pasado US Open, Conchita Martínez y Karolina Pliskova, número ocho del ránking WTA, seguirán trabajando juntas el año que viene. Ambas han sido vistas preparando el inminente inicio de 2019 en Tenerife. Esto no quiere decir que la entrenadora española vaya a asumir íntegramente las funciones de dirección técnica, cosa que compaginará  con la australiana Rennae Stubs, compañera en su momento de la oscense en el circuito de la WTA, y que ya pidió la ayuda de Conchita en el último Grand Slam de la temporada al tener también que desarrollar labores de comentarista de televisión. 

A través de una nota oficial, la  propia Conchita ha sido la encargada de anunciar este mismo acuerdo, convencida de las posibilidades de la checa de cara a realizar un gran 2019. "Karolina es una jugadora con un enorme potencial físico, es muy receptiva a propuestas de seguir creciendo y su motivación hacia el trabajo es extraordinaria. Es una tenista asentada entre las diez primeras del mundo desde hace tiempo y estoy convencida de que puede tener un gran año", explicó la ex número dos del mundo. 

Al igual que en su época de jugadora, Conchita también cuenta con una gran trayectoria en los banquillos, siendo parte clave de los éxitos cosechados por Garbiñe Muguruza en los últimos tiempos, entre ellos el Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017, ejerciendo de asesora en ambos, una función similar que ahora desempeñará con Pliskova. La ex capitana de Copa Federación y Copa Davis tiene previsto acompañar a su pupila en el torneo WTA Premier de Sidney, en la primera semana de enero, y sobre todo en el primer 'grande' del año, el Open de Australia, que dará comienzo el próximo 14 del mismo mes en Melbourne

Con esta decisión, Pliskova buscará encontrar de nuevo la estabilidad dentro de su apartado técnico, puesto que a principios de agosto de este 2018 ya rompió con su compatriota Tomas Krupa, que a su vez sustituyó a otro checo, David Kotyza. Este verano, terminó decidiéndose por Rennae Stubs, que en sus tiempos llegó a ser número uno del mundo en dobles.