Era el duelo más esperado de la jornada por todo el público australiano. El debut de su mejor jugador, aunque él se empeñe en demostrar lo contrario. Motivación no le iba a faltar en este escenario a Nick Kyrgios. Sin embargo, Milos Raonic, su rival en primera ronda, se encargó de acabar rápidamente con sus aspiraciones y las de todos los seguidores locales. Y es que el canadiense necesitó algo menos de dos horas para confirmar su pase a la siguiente ronda (6-4, 7-6(5), 6-4).
Los primeros compases del encuentro sirvieron para confirmar lo que todo el mundo esperaba: que los saques de ambos tenistas dictaran el ritmo en todo momento. Sin apenas intercambios, el primer parcial se desarrolló con mucha rapidez. Pero ya con 5-4 a favor de Raonic, Kyrgios regaló su servicio y con ello también el set cuando hasta ese momento solo había cedido tres puntos al servicio.
Con la ventaja conseguida, el jugador nacido en Podgorica se encontró mucho más cómodo en pista ante un Kyrgios que fue siempre a remolque y no dio ninguna sensación de poder darle la vuelta al signo del encuentro. Aún así, el australiano consiguió alargar el segundo set hasta el tiebreak, pero nuevamente un par de errores puntuales decantaron la balanza en favor de Raonic, que encarrilaba así el partido con una renta de dos sets.
Kyrgios se soltó por completo en el tercer set, pero tampoco así encontró la forma de poner en apuros a Raonic. El canadiense dejó escapar sus primeras oportunidades en el juego inicial para romper de nuevo el servicio de su rival. La resistencia del australiano llegó hasta el quinto juego. Con la rotura conseguida, Raonic solo tuvo que mantener sus siguientes servicios para acabar cerrando una cómoda victoria.
Ahora, en la segunda ronda le espera otro rival muy complicado, el suizo Stan Wawrinka. Pese a perder la primera manga en su partido de primera ronda frente a Ernests Gulbis, el helvético se vio beneficiado por los problemas físicos del letón, que se vio obligado a retirarse.