Tras mucho tiempo sumido en la oscuridad, el tenis británico vuelve a gozar de una extraordinaria salud. A los éxitos de los hermanos Murray en el tenis masculino, con ambos, Andy y Jamie, liderando los respectivos ránkings tanto de individuales como en dobles, se ha unido la explosión de Johanna Konta durante este 2016. La tenista de origen australiano, pero que compite por Gran Bretaña desde 2012, ha protagonizado una de las noticias más positivas en este año que termina. De la mano de su ya ex entrenador, el español Esteban Carril, Konta se ha incrustado de lleno élite del tenis femenino individual, merced a una temporada en la que se ha convertido en la primera tenista británica en acceder al topten tras 32 años de espera.

La sensación en Melbourne

Konta se presentó en Melbourne, escenario del primer Grand Slam de la temporada, el Open de Australia, sin todavía conocer la victoria ya que en sus dos primeros torneos de 2016, Hobart y Shenzhen, cayó a las primeras de cambio. Pero eso no fue un impedimento para que la británica, al igual que hizo en el US Open del año anterior, mostrara su mejor versión en el momento adecuado. Tras un sensacional estreno por la vía rápida ante nada más y nada menos que Venus Williams, octava cabeza de serie, Konta aprovechó la gran oportunidad que tenía en sus manos y fue dejando fuera a sus rivales, una detrás de otra. 

Durante este 2016 Konta ha registrado el mejor balance de victorias/derrotas de toda su carrera: 46-22Mención especial mereció su titánico encuentro ante la rusa Ekaterina Makarova en los octavos de final, en el que la británica logró remontar el choque para acabar imponiéndose por un ajustado 8-6 en el tercer y definitivo set. Después de esto vino una cómoda victoria ante la china Shuai Zhang para consegir su billete a las semifinales de un Grand Slam por vez primera en su carrera. Ahí la esperaba la que terminaría siendo la futura campeona y actual número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber. Konta aguantó el tipo en el primer set pero finalmente cedió por 7-5 y 6-2. A pesar del regusto que le quedó tras la derrota, Konta se fue de Melbourne habiendo realizado el mejor torneo de su vida y avisando del nivel tan alto que podía llegar a dar de sí misma. 

Konta en acción durante la última edición del Open de Australia. Foto: zimbio.com
Konta en acción durante la última edición del Open de Australia. Foto: zimbio.com

Sin embargo, en los siguientes torneos Konta se vio sumida en la característica irregularidad que acompaña a la mayoría de las jugadoras del circuito WTA. Hubo que esperar a Miami para ver a la británica pisar nuevamente los cuartos de final de un torneo, en los que cedería ante la bielorrusa Victoria Azarenka, que al igual que ocurrió con Kerber en Australia, terminaría llevándose el título.

Decepción en Wimbledon, alegría en Stanford

A pesar de que los resultados no terminaban de ser todo lo buenos de lo que quisiera, especialmente en una gira de tierra decepcionante, Konta seguía ascendiendo poco a poco en la clasificación para llegar como cabeza de serie a uno de los torneos más esperados por su parte, Wimbledon.Pero desafortunadamente, la expectación que generó Konta entre el público local fue tan alta que ello terminó por afectar a la propia jugadora. La británica, superada por la presión de jugar ante su público, no estuvo a la altura y se fue demasiado pronto del torneo. En segunda ronda, la siempre imprevisible Eugenie Bouchard la dejó fuera en tres sets, en la que, probablemente, haya sido la mayor decepción de Konta en 2016.

Konta ha recibido el premio a la jugadora más mejorada por parte de la WTA. La británica ascendió 37 posiciones en el ránking (del puesto 47 al 10)​Pero este mal trago le sirvió a la británica como motivación de cara a la segunda parte de la temporada. Sobre todo en su siguiente torneo, el WTA Premier de Stanford en pleno mes de julio. Allí Konta dio otro paso más en su carrera al conquistar su primer título como profesional, tras batir, como ya hiciera en la primera ronda del Abierto de Australia, a la estadounidense Venus Williams en la final por 7-5 5-7 y 6-2.

Konta posa sonriente con su trofeo de campeona en Stanford. Foto: zimbio.com
Konta posa sonriente con su trofeo de campeona en Stanford. Foto: zimbio.com

Contrariamente a lo sucedido tras Melbourne, Konta comenzó a adquirir la regularidad necesaria para preparar su asalto al topten. Tanto en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (cayó ante Kerber) como en el torneo de Montreal, la británica alcanzó sendos cuartos de final. La tenista nacida en Sidney cerró la gira americana con unos aceptables octavos de final tanto en Cincinnati como en el US Open. Si acaso en este último torneo se pudo poner algún pero a la actuación de Konta, que cedió ante la letona Anastasija Sevastova en dos sets en un choque en el que partía como favorita. 

Luces y sombras en el tramo final de la temporada

Llegaba la parte final del año y Johanna Konta vislumbraba más cerca que nunca la posibilidad de meterse entre las diez mejores tenistas del mundo. En la gira asiática, la británica confirmó su entrada definitiva en la élite tras alcanzar su primera final en un torneo Premier Mandatory en Pekín (China). En dicha final no tuvo nada que hacer ante la polaca Agniezska Radwanska, tercera mejor jugadora del mundo pero lo importante era que Konta, a partir del día siguiente, ya figuraría como una miembra más del exclusivo topten de la WTA, la primera británica en conseguirlo después de que lo lograra Jo Durie hace ya 32 años.

Esteban Carril tomó las riendas de Konta en agosto de 2014 cuando ésta era la número 157 del mundo. Tras casi dos años y medio juntos, la deja 147 posiciones más arriba Por si esto fuera poco, gracias a los recientes resultados, la británica tenía en su mano la posibilidad de disputar el Masters de Singapur, torneo que reúne cada año a las ocho mejores tenistas del mundo, pero en el momento más inoportuno las lesiones se cruzaron en su camino. Con el objetivo de sumar los máximos puntos posibles para asegurar su clasificación para las Finales de la WTA y prácticamente sin descanso, Konta se dirigió a Hong Kong para disputar el torneo de la ciudad china. Tras vencer cómodamente en su estreno, una desafortunada lesión abdominal la obligó, no sólo a retirarse de Hong Kong, sino también a renunciar al último torneo del año, el WTA Premier de Moscú.

Su presencia en Singapur quedaba a expensas de lo que hicieran tanto la española Carla Suárez como la rusa Svetlana Kuznetsova. A ambas sólo les valía ganar el torneo para pasar a Konta en la clasificación y conseguir el último billete hacia el Masters. Konta estuvo esperando en Singapur toda la semana para saber su finalmente conseguiría la plaza o no. Pero desgraciadamente para ella. Kuznetsova no falló y tras hacerse con el título en Moscú apartó a Konta del Masters. La británica tuvo que conformarse con disputar el denominado Masters 'B' en Zhuhai, en donde se dan cita las doce mejores jugadoras del ránking que no han podido clasificarse para Singapur y que hayan logrado algún título durante el año. Konta partía como primera cabeza de serie, pero tras una primera fase impoluta, cayó en las semifinales ante la ucraniana Elina Svitolina en tres sets. 

Johanna Konta durante la final del torneo de Pekín. Foto: zimbio.com
Johanna Konta durante la final del torneo de Pekín. Foto: zimbio.com

Esto no impidió que Johanna Konta tuviera como recompensa el finalizar el 2016 como la décima mejor tenista del mundo. Gran parte de culpa del gran salto de calidad realizado por la británica la tiene su ya ex entrenador, el preparador gijonés Esteban Carril. Pero hace tan sólo unos días y , en una decisión cuanto menos sorprendente, el propio Carril anunció la ruptura definitiva de su relación profesional con Johanna Konta, la cual parece ser que tendrá a su lado al belga Wim Fissette en una nueva etapa en la que tendrá que demostrar que lo que ha hecho durante este año no es fruto de la casualidad. Como se dice en la mayoría de las ocasiones, llegar es fácil pero lo que realmente marca la diferencia es mantenerse. Konta intentará evitar seguir el camino de tenistas como Eugenie Bouchard o Belinda Bencic para tratar de mantener o incluso mejorar el nivel dado hasta ahora. Habrá que esperar hasta el año que viene para saber si lo logra.