El conjunto sevillista venía con una dinámica negativa tras firmar tan solo un punto en cuatro jornadas y venir goleado el otro día por el Manchester City de Pep Guardiola. En frente tenía a un equipo rocoso y que le metería en su propia área más de una vez como es el caso del RCD Espanyol, que venía de conseguir una victoria en los minutos finales en San Mamés.
Un comienzo inmejorable
El partido empezaría de la mejor manera posible para el Sevilla FC, puesto que tras un saque de banda cerca del propio córner, el conjunto enlazaría una contra letal que llegaría a Carmona y en su primera actuación pondría un balón para que Lamela ejecutase la finalización de la mejor manera posible, por debajo de las piernas y sin opciones para el cancerbero. Esto hacía presagiar un cambio de chip en el conjunto de Nervión, sin embargo, los primeros problemas no tardarían en llegar y el Espanyol metería a los visitantes en su propio área con una serie de balones en largo hacia Joselu que harían presagiar una intensa y difícil tarde para la pareja de centrales sevillista. Al contrario de lo que hacía indicar el juego de ambos equipos, el Sevilla sería quien lograría meter el segundo gol de partido y pondría el 0-2 en un rechace de un gran remate de cabeza de En-Nesyri que aprovecharía Carmona nuevamente para meter gol. El canterano se besaba el escudo como símbolo de la lucha, entrega y sacrificio que le había llevado a celebrar probablemente el mejor gol de su vida hasta la fecha.
Casta y coraje sevillista
Pasada la media hora de juego, el partido seguía con el mismo transcurso que llevaba desde el gol de Lamela, mucho control catalán y pocas llegadas sevillistas. A pesar de los asedios continuos del Espanyol, el Sevilla enlazaría una gran contra en la que Acuña ejecutaría un gran pase para el delantero marroquí sevillista, aunque este no conseguiría controlarlo de la mejor manera posible y el balón se quedaría en dominio perico. Cabrera sería quien recogería ese mal control del delantero, pero no lograría demostrar una gran seguridad con el balón en los pies y se haría un lio como consecuencia de la gran presión de Carmona, que culminaría una primera parte de matricula de honor metiendo un segundo gol gracias a esa presión e insistencia sobre el central uruguayo. Con 0-3 en el marcador y un Sevilla metido casi de lleno en el vestuario, el Espanyol conseguiría ejecutar un gran centro que seria rematado y despejado con la mano de Acuña, por lo tanto, el arbitro y posteriormente el VAR, acabarían señalando penalti. Joselu sería el encargado realizar el penalti y con una gran definición metería a los pericos en el partido y ponía el 1-3 justo antes del descanso.
Segunda parte en bloque defensivo
Daba comienzo la segunda parte de la misma forma que terminaba la primera, un Espanyol con balones largos y un Sevilla FC metido en bloque bajo y buscando contrataques rápidos. Con este estilo de juego en el que no dominas el balón y das muchas ocasiones de centros al rival, el gol se veía venir. Con un Braithwaite más metido en el centro en vez de escorado a la banda, daría paso al segundo gol de los pericos que vendría mediante un centro al área y un remate procedente de un rechace del ex culé. Con 2-3 en el marcador, empezarían las dudas en el conjunto sevillista que veía como los 3 puntos se le complicaban.
Final agónico y trabajado
Comenzaba así un período en el que el físico de los andaluces diría basta y tanto Joan Jordán como Carmona no podrían más y serian sustituidos por falta de fuerzas. Estos cambios sería el claro reflejo de como terminaría el Sevilla, con falta de oxígeno y sin energías para enlazar pases. Por lo tanto, el encuentro daría su fin tras más de 100 minutos de juego con un Sevilla metido en su área y achicando balones como solución a un gran Espanyol que como gran baza en este partido tuvo a su afición que no paro de animar en ningún momento.
