El tenis le debía una de sus últimas grandes actuaciones a David Ferrer. El alicantino tenía una difícil misión en segunda ronda frente a Alexander Zverev, que le había vencido en sus últimos cinco duelos, uno de ellos en la tercera ronda de la última edición del torneo de Miami. El alemán parecía que no iba a dar pie a la sorpresa tras llevarse el primer set, pero Ferrer sacó su gen más competitivo y guerrillero y logró darle la vuelta al partido (2-6, 7-5, 6-3).
El primer parcial se le atragantó al tenista español, que solo pudo ganar uno de sus servicios, encajando hasta tres roturas de saque y un parcial de 5-1 en contra. Zverev solo concedió un break en el quinto juego y las sensaciones que dio fueron más que buenas.
Sin embargo, la reacción de Ferrer no tardó en llegar. El español rompió el saque de su rival en el juego inicial del segundo set. Zverev perdió la frescura mostrada en el primer parcial pero aún así consiguió igualar de nuevo el marcador (4-4). Todo parecía quedar pendiente del tiebreak, pero Ferrer encontró entonces un break definitivo para forzar la tercera manga.
Las sensaciones eran totalmente opuestas a las del inicio del partido, con un Ferrer lanzado y con un Zverev totalmente a su merced. El alemán tuvo problemas desde el principio del set para sacar adelante sus servicios. Su resistencia acabó en el quinto juego, momento en el que el español puso la directa hacia un triunfo que acabó rubricando con otra rotura de saque más tras dos horas y 24 minutos de juego.
Ferrer se medirá en tercera ronda al norteamericano Frances Tiafoe, vigésimo cabeza de serie, que superó en dos tiebreaks al serbio Miomir Kecmanovic (7-6(6), 7-6(5)) y tras algo más de dos horas de encuentro.