La principal novedad en las alineaciones era la primera titularidad de Thomas Partey en la Premier League. Mikel Arteta colocó al ghanés en la posición de mediocentro y no de interior, al contrario de lo que se esperaba. Pero la llegada de Thomas no mandó a Bukayo Saka al banquillo, sino a Nicolas Pépé, ya que el joven canterano inglés ocuparía esta vez la posición de extremo derecho. Lacazette volvía a recuperar la titularidad en la punta del ataque gunner.

 Brendan Rodgers, por su parte, tenía que seguir enfrentándose al aluvión de bajas que tiene el Leicester. Recuperaba a su estrella, Vardy, pero el killer no estaba al 100% y se quedaba de inicio en el banquillo. También era suplente Iheanacho, por lo que jugaron sin una referencia fija arriba. Ndidi, Amartey, Soyuncu y Pereira seguían lesionados.

 El Arsenal dominó la primera parte, pero no por un excelente juego en el apartado ofensivo, sino por una buena presión en campo rival que les permitía con asiduidad recuperar rápido la posesión del balón. Sin embargo, aunque eso les permitió pisar varias veces el área de Schmeichel, no eran capaces de crear una jugada combinativa de gran nivel y sus ocasiones de peligro se reducían a centros desde las bandas y errores defensivos de Fuchs, que se encontraba bastante incómodo jugando fuera de su posición habitual. Aubameyang también parecía muy incómodo teniendo que entrar desde la derecha, ya que sus opciones de finalizar las jugadas desde ese flanco y ante una defensa de cinco eran muy escasas.  Los foxes apenas consiguieron acercarse a la portería de Leno en esta primera mitad.

 Tras el descanso, la situación no había cambiado casi nada, el Arsenal seguía sin hacer que su posesión sirviera para absolutamente nada, mientras que el Leicester esperaba cómodamente a que Vardy entrara al campo. Llegados los veinte minutos de segundo tiempo, Arteta decidía meter a Pépé por Saka y colocar a Aubameyang por fin en la izquierda. El primer balón que tocó el gabonés en su zona del campo habitual fue para crear una ocasión clarísima que remataría Bellerín a las manos de Schmeichel, pero ya era tarde, ya estaba Jamie Vardy sobre el césped. Los cambios de Rodgers surtieron efecto mientras que los del técnico vasco solo crearon desconcierto, Cengiz Under había entrado muy fresco y en la primera acción que pudo echar a correr rompió a toda la defensa del Arsenal y le puso el gol en bandeja a Vardy, que remataba con autoridad.

Los jugadores del Arsenal deambulaban perdidos por el terreno de juego, Xhaka apareciendo muchas veces como central abierto, Ceballos muchas veces posicionado como extremo derecho y Thomas Partey solo en el centro del campo sin ningún apoyo. Nunca hubo juego interior y nunca intentaron que lo hubiera. Al Leicester le fue muy fácil defender esta extraña disposición que preparó Mikel Arteta y nada cambió en los minutos finales.

Los foxes escalan hasta la cuarta posición de la tabla y se encuentran bien posicionados para luchar de nuevo por entrar en Champions League. Por su parte, el Arsenal se mantiene con nueve puntos en mitad de tabla y nada parece haber cambiado para ellos con respecto a la temporada pasada.