Por primera vez en la historia de los Mundiales era África el continente que acogía la máxima competición a nivel internacional de selecciones. Por primera vez, los africanos jugaban en casa, y en uno de los Mundiales más importantes en la historia de España. Se dice que jugar en casa es más fácil, pero para la que se consideraba la mejor generación de futbolistas africanos, no fue así.

Ghana, la única africana en pasar a octavos

Pese a contar con la ventaja de jugar en casa, y pese a contar con grandes futbolistas en sus distintos equipos, las selecciones africanas presentes en Sudáfrica no lograron realizar un gran campeonato. Para comenzar, la anfitriona, Sudáfrica, quedó tercera en un grupo en el que clasificaron Uruguay y México y en el que Franica decepcionó a propios y a extraños.

Los africanos decepcionaron en casa

Nigeria, por suparte, en el Grupo B no pudo competir ante Grecia, Corea del Sur y Argentina y terminó como última clasificada tras solo sumar un punto ante los coreanos. Tampoco le fue mucho mejor a Argelia, que también quedó cuarta en su grupo en el que Estados Unidos e Inglaterra fueron las clasificadas. Camerún fue la gran decepción africana ya que no logró puntuar en un grupo formado por Holanda, Japón y Dinamarca. Costa de Marfil se quedó cerca de la clasificación pero Brasil y Portugal lo impidieorn.

La gran triunfadora fue Ghana, que tras clasificar como segunda para octavos por delante de Australoia y Serbia, logró llegar hasta cuartos de final. En octavos se deshizo de Estados Unidos por 1-2 en la prórroga, y en cuartos se mediría a Uruguay. Tan solo los penaltis alejaron a los africanos de hacer historia llegando a las semifinales de un Mundial.

Foto: Getty Images (FIFA)
Foto: Getty Images (FIFA)

Anécdotas en África

Uruguay, a cuartos tras 40 años de espera

Algunos datos y hechos curiosos dejó el primer Mundial disputado en el continente africano. Los sudamericanos fueron los que mejor parados salieron de esta edición mundialista. De los consagrados como ocho mejores equipos del Mundial, cuatro fueron de la CONMEBOL: Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Además, Paraguay se clasificó por primera vez en su historia para unos cuartos del Mundial y Uruguay llegaba a dicha ronda tras 40 años de espera.

El pulpo que trajo la suerte a España

Más aún, este Mundial se convirtió en el primero que ganaba un combinado europeo lejos del viejo continente. Sudáfrica, la anfitriona, se convirtió en el primer país anfitrión de un Mundial en caer en la primera ronda. Pero si algo caracterizó a este Mundial fue un animal. El mundialmente conocido pulpo Paul adivinó el triunfo de España y no solo eso, sino que adivinó todo el camino hacia la final.

Foto: Futbolargentino
Foto: Futbolargentino

Además, Sudáfrica convirtió su Mundial en el más ruidoso de la historia de los Mundiales. Las bubucelas se convirtieron en el principal aliciente del Mundial de Sudáfrica desde el mismo partido inaugural del torneo. Un sonido atronador que inundó los estadios que albergaron esta gran cita mundialista.

El camino hacia la historia

Mal inicio, inmejorable final

Tras la derrota inaugural por 0-1 ante Suiza con un gol de Gelson Fernandes nadie esperaba que España fuese a convertirse en la campeona del mundo. De hecho, se convirtió en la primera en ganar el Mundial habiendo perdido el primer partido de la competición. No obstante, después de ganar a Honduras en la segunda jornada, los españoles se veían en la obligación de tener que ganar a Chile para asegurarse el pase a octavos. Sabiendo cuál era su misión, España derribó a Chile con un 0-2 en la primera parte que dejó al combinado nacional con pie y medio en octavos de final. La victoria por 1-2 final y el empate de Suiza ante Honduras llevaron a España a octavos como líder de grupo.

Los octavos se avecinaban agitados, tocaba medirse con Portugal, vecinos y rivales. El partido fue complicado para la Roja, pero un gol de David Villa en el minuto 63 decantó la balanza a favor de España.

Dos penaltis y adiós a la maldición de cuartos

En cuartos tocaría medirse a Paraguay, una selección que, en un primer momento, no debía suponer demasiado trabajo para los hombres de Vicente del Bosque. Durante el segundo periodo del encuentro todo parecía torcerse para España. El árbitro señalaba penalti a favor de los paraguayos. Cardozo se encargaría de lanzarlo, pero Casillas lo atajó y justo en la contra de España el colegiado señaló penalti a favor de la Roja. El encargado de lanzarlo fue Xabi Alonso, y lo marcó. Sin embargo, fue anulado por el colegiado y hubo que repetir la pena máxima. En esta segunda ocasión lo paró el meta paraguayo para mantener el choque en tablas. Cuando el partido parecía abocado a la prórroga, David Villa, tras un error del meta sudamericano, logró clasificar a España para semifinales con un golazo que hacía romper la maldición de cuartos.

Foto: Marca
Foto: Marca

Todo se iba complicando cada vez más. Las semifinales infundían respeto entre la plantilla española, pero la ilusión siempre puede con todo. Con Alemania se revivía, así, la final de la Eurocopa de 2008. En un saque de esquina en el minuto 73, Puyol se alzó entre todos los defensores alemanes y, con un testarazo potentísimo, metió a España en la final del Mundial.

Se acercaba la final, la ansiada final. Los rivales, los holandeses, sobre los cuales pesaba el hecho de que su selección hubiese caído derrotada en las dos finales que había disputado en esta competición. Así, en la final se presentaban una Holanda con ganas de ganar por fin una final de un Mundial, y España, con la ambición y la ilusión de hacer historia.

Una final de infarto que terminó coronando a España en el continente africano

El partido fue un espectáculo digno de una final de un Mundial. Tras 90 minutos de infarto para ambas partes la final se iba a la prórroga con 0-0 en el luminoso. En la prórroga Holanda tuvo una ocasión clarísima para sentenciar la final, con una ocasión de Robben en un mano a mano ante Casillas que el portero madrileño sacó. De este modo, en el minuto 116, Fábregas le daba un pase a Iniesta, y este, con un remate cruzado, conseguía batir al meta holandés Stekelenburg y adelantaba a España al final del partido. Tras el pitido final, nadie se lo podía creer. España era campeona del mundo. España hacía historia.