Javi Varas y el estilo condenan a Las Palmas

Un error del guardameta en la salida de balón llevó a los amarillos a sumar su cuarta derrota consecutiva. El sevillano le regaló el balón a Xabi Prieto cuando quedaban algo más de quince minutos y el capitán de la Real no falló a puerta vacía, echando por tierra las buenas sensaciones y el dominio que Las Palmas mantenía hasta el momento. El fallo de Varas empañó lo que estaba siendo un gran partido de los de Setién, pero esta vez el querer sacar la pelota jugada le salió cara a una UD que sigue sin levantar cabeza.

Javi Varas y el estilo condenan a Las Palmas
Xabi Prieto celebrando el gol que dio los tres puntos a la Real - Foto: LaLiga
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Por Cristian Gil

Con las novedades de Hélder, Aythami y Tana en el once, la UD Las Palmas afrontaba el encuentro ante la Real Sociedad con el ímpetu de conseguir cambiar la dinámica de los últimos tres partidos. De resto, los amarillos iban con todo en la zona de ataque con la tercera titularidad de un Jesé que tenía muchas ganas de marcar su primer gol desde su llegada. Por su parte, la Real repetía el mismo once que cayó derrotada en Anoeta ante el Villarreal, por lo que iban a saltar con hambre por no perder comba en la lucha por los puestos europeos.

El primero en llegar al área serían los vascos con un cabezazo de Íñigo Martínez que se marchó por encima de la portería defendida por Varas. No obstante, el encuentro se estaba disputando, en su mayoría, en el centro del campo. La Real llevaba el dominio del balón y Las Palmas esperaba su oportunidad Las pérdidas y las combinaciones de ambos conjuntos se sucedían constantemente, aunque la Real estaba un poco más hecha y precisa. De esa manera, las ocasiones más claras llevaban el sello de los de Eusebio, y es que en una jugada ensayada Yuri estuvo a punto de sorprender a los amarillos con un disparo seco.

El dominio de los visitantes era claro, pero Las Palmas parecía estar un tanto cómoda esperando a encontrar una contra letal que le ayudase a plantarse delante de Rulli. Con ese planteamiento, un robo de los grancanarios hizo que Jesé se plantase en el área con espacios, se la cedió a Hélder y el portugués la puso rasa sin que ningún jugador de la UD pudiese rematar. La pelota se paseó por delante de la portería en la que había sido la jugada más clara de peligro de los isleños.

Los donostiarras mantenían la posesión, intentando crear y acercarse a la portería amarilla siempre desde las bandas. En uno de esas, Odriozola encontró una autopista por la derecha y con un pase de la muerte dejó solo a Oyarzabal para rematar a puerta, pero el extremo vasco falló y continuó con su mala racha con gol durante los primeros veinticinco minutos. Pero Las Palmas respondió, también desde la derecha, gracias a un buen pase de Viera que encontró a Jesé y el Bichito la puso hacia el corazón del área donde esperaba un Boateng que estuvo cerca de rematar, pero la defensa vasca despejó con acierto.

Mejoría amarilla ante el dominio de la Real

El encuentro continuaba por unos derroteros en los que la UD esperaba su oportunidad con paciencia y la Real quería llevar la voz cantante, aunque parecía que los de Setién habían recuperado un poco el tono con el paso de los minutos. Viera, Tana y Vicente estaban apareciendo mucho más, entraban mucho más en juego y eso se notaba, algo que no dejaba a los de Eusebio sin cuota de protagonismo con la pelota. La mejora de los canarios se evidenció en una jugada en la que unos rechaces en el área dejó una pelota muerta que Jesé no pudo rematar bien, haciendo contener la respiración a todo el Estadio de Gran CanariaLas Palmas estaba mucho mejor que al principio, pero eso no sería suficiente para irse con algo más que un empate al descanso.  

Tras el descanso, la UD volvió a tener una muy clara en los pies de Tana. El canterano encontró una pelota estupendamente filtrada por Jesé y remató una pelota que rosó el palo de la portería de Rulli. Los amarillos seguían con la buena inercia del final de la primera parte y empezaba a calentarse con el paso de los minutos. Las Palmas encadenó sus mejores minutos del partido entre el final de la primera parte y el inicio de la segunda En ese sentido, gran parte del buen momento amarillo tenía que ver con el buen estado de los jugones; Jesé, Tana, Viera, Vicente... todos los astros grancanarios estaban alineados para que todo estuviese saliendo muy bien. Una internada de Simón por la banda derecha provocó que Tana tuviese otra oportunidad de ver portería, aunque en esta ocasión se topó con con la manopla de Rulli y mandó la pelota a córner.

Las Palmas estaba en su salsa, eran sus mejores minutos del encuentro, dominando a la Real y metiendo miedo con sus aproximaciones, pero le faltaba culminar. Y ante el empuje isleño, los vascos intentaron recuperarse desde la posesión de la pelota una vez más. La idea era volver a hacer daño desde las bandas e intentar aprovechar las amarillas que tenían tanto Aythami como Bigas para ver si sonaba la flauta, aunque de momento no lo hacía. Eso sí, el ritmo de partido había descendido de forma notable durante unos minutos.

No obstante, la UD volvía a sentirse con la vigorosa y tomó el mando de la pelota para buscar la portería. Jesé se estaba situando más en la punta de ataque y su presencia hizo que los amarillos tuvieran alguna más en las botas del ex del PSG. A eso se añadía un disparo de Boateng que Rulli supo despejar bien con los pies cuando se acercaba el último cuarto de hora, pero todo iba a cambiar pronto. Un pase malo de Varas en la salida de balón cayó en los pies de Xabi Prieto y el capitán de la Real fulminó a puerta vacía sin ninguna compasión.

La casa por la ventana

A Las Palmas le tocaba resetearse pronto si quería sacar algo positivo de este encuentro. Una vez más, el partido se le ponía cuesta arriba en un momento complicado. Setién quiso meter a Halilovic y Mateo en busca de un gol que necesitaban como el comer, quitando incluso a Hélder Lopes como síntoma de las urgencias. Un error de Varas en la salida de balón condenó a los amarillos Con ese guion, la Real estaba más cómoda que nunca y sólo tenía que esperar con calma a una UD que tenía que tirar con todo. Asimismo, era evidente que los grancanarios tenían que afrontar la machada con un cansancio físico evidente y con una defensa muy poblada como la que tenía enfrente. Todo eran pegas.

Con el agua al cuello, Las Palmas consiguió encerrar en su propia área a la Real, pero los donostiarras estaban defendiendo tan juntos que parecía imposible perforar la meta de Rulli. Una chilena de Boateng fue una de las más claras en esos minutos finales, aunque estuvo muy cerca de salirle caro a los de Setién el meterse tanto en campo de ataque en una contra en la que el recién entrado Bautista se quedó muy cerca de anotar el segundo de los vascos.

El descuento asomó y los amarillos se quedaron en la orilla por cuarta vez consecutiva tras un encuentro en el que encontró sensaciones pero un error garrafal lo condenó a hincar rodilla.