Hoy, 26 de diciembre, se conmemora en Inglaterra un día especial: el Boxing Day. Todos los partidos en pocos días, con gran cantidad de público en los mejores estadios del mundo, como lo son los que se encuentran en la primera división del fútbol inglés.
En esta oportunidad, tampoco nos iba a defraudar lo que era la jornada número 19 de la Premier League, ya que al primero de la tabla de posiciones, le tocaba visitar al segundo.
Liverpool y Leicester City jugaban un partido clave para la la definición por el título que, por todo lo que parece indicar, entre estos dos equipos más el actual campeón, el Manchester City, sean los encargados de pelear por el título de campeón inglés.
Diez puntos de diferencia son los que hay entre los Foxes y Reds, a pesar de que los de Brendan Rodgers, venían de caer ante los de Pep Guardiola la jornada anterior. Diferente es la realidad de los dirigidos por Jürgen Klopp, que vienen de consagrarse campeón del Mundo tras derrotar a Flamengo.
De esta forma, King Power Stadium, era el escenario donde Leicester y Liverpool se verían las caras. En donde si los de Klopp, con un partido menos, quiere seguir con las aspiraciones al título, una de las claves es ganarle a uno de sus escoltas, los Foxes.
Firmino, imparable
El reloj marcó las 20 horas en Leicester en donde se dio el inicio de uno de los juegos más esperados de este Boxing Day, donde Liverpool pudo ponerse en ventaja rápidamente en dos ocasiones que no supo aprovechar.
La visita presionaba ante la salida de los Foxes, lograron robar el balón, pero Salah no pudo definir bien, por lo que fue otra oportunidad desperdiciada para los de Klopp.
El conjunto campeón del mundo salió con todo a marcar la diferencia. Una presión alta en la salida, donde Mané, Salah y Firmino estaban a la altura de la puerta de la portería. En frente, un Leicester, con paciencia, para que cuando se pudiera adelantar, aprovechar la velocidad de Maddison y Barnes para que encontrar a Vardy.
De todas formas, el más peligroso eran los de Klopp que tuvieron dos posibilidades de marcar muy claras. La primera contó con Salah eludiendo a Kasper Schmeichel, pero en vez de asistir remató al lado de afuera de la red. Y, la segunda, con un disparo de Henderson que el portería desviaba.
A la media hora de juego, Alexander-Arnold lanzó el centro desde la izquierda, posicón contraria a la suya, pero que bien supo aprovechar Roberto Firmino cuando cabeceó ese servicio y marcó el gol en favor de los Reds.
Pero no fue todo, porque tras varias dudas en la salida, Mané se quedó con el balón dentro del área, remató, pero Schmeichel evitó lo que era el segundo gol de la visita. Sin embargo, luego de conseguir el gol de la ventaja, Liverpool aprovechó para dominar el juego y hacerse dueño del balón. De esta forma, acababa la primera parte.
Sin piedad
En la segunda parte, poco del trámite de lo que fue la primera parte cambio, a pesar de que el Leicester se arrimó un poco más a la portería defendida por Alisson Becker, pero sin el peligro.
Los errores para el local, seguían atormentando a los de Rodgers. A diez minutos de inicio de la segunda parte, Chiwell perdió el balón ante Robertson, que tiró el centro, pero Firmino no logra desviar para marcar el segundo.
Y cuando todo parecía que el Leicester podría llegar a levantar y generar peligro, un saque de esquina ejecutado por Alexander-Arnold, Çağlar Söyüncü puso su mano, y el árbitro no dudó en pitar penalti en favor del Liverpool, a lo que James Milner, que recién había ingresado, lo cambió por gol.
Desde ese momento, el partido cayó completamente y fue una ráfaga de los de Klopp que no tuvieron piedad. Un centro del lateral inglés para que, nuevamente, Firmino frene el balón, se acomode y dispare para poner el tercer gol de juego.
Minutos más tarde, fue el mismo Alexander-Arnold el que definió cruzado y marcar el cuarto gol. Los minutos finales, los de Klopp sacaron el pie del acelerador, y se encargaron de manejar el balón, sabiendo que el partido estaba terminado.
De esta forma, Liverpool estiró la ventaja de 13 puntos sobre su actual escolta, Leicester, esperando a que mañana juegue el Manchester City que puede quedar a once unidades en caso de ganar, a pesar de que los Reds, deben un partido ante West Ham, lo que puede alejarlos aún más de sus principales perseguidores.