Giuseppe Rossi regresa al futuro

El italiano acribilló a Las Palmas con un hat-trick que le ha servido para recordar sus mejores tiempos como futbolista en un partido en el que los amarillos sufrieron mucho en la primera parte a pesar de un gol mal anulado a Simón, algo que ayudó al Celta a aprovechar los errores defensivos grancanarios para hacer un daño terrible en la portería de Raúl con dos tantos. Ya en la segunda parte, los celestes sentenciaron y se relajaron un poco, una cuestión que llevó a los de Setién a intentar un último empujón que no fue demasiado efectivo. La UD sigue sin ganar fuera de casa 224 días después.

Giuseppe Rossi regresa al futuro
Rossi celebra un gol - Foto: LaLiga
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Por Cristian Gil

La UD Las Palmas volvía a la competición liguera tras el parón con ganas de empezar a sumar puntos lejos de su feudo, algo intentaría con un once con nueve grancanarios entre los que estaba un David Simón que, a pesar de sólo haber completado un entreno esta semana, retrasaba la vuelta a los ruedos de Michel Macedo. Berizzo por su parte, no cambiaba demasiado su once tipo salvo por la presencia de Rossi en punta, la introducción de Jozabed en la sala de máquinas y la aparición de Roncaglia a lateral derecho, una cuestión que quizás entendía a una rotaciones por lo que se le viene encima al Celta durante la próximas semanas. Eso sí, una tubería reventó antes del partido sobre el césped de Balaídos puso en duda la disputa del partido, aunque la avería no fue a más.

Los celestes comenzaron el encuentro dominando la posesión ante la presión de la UD. Esa insistencia obligaba a Aspas a bajar al centro del campo para poder entrar en contacto con el balón, una cuestión que evidenciaba las dificultades del Celta para sacar el balón jugado desde atrás. Con ese panorama, los vigueses buscaban algún balón largo que ayudaría al propio Aspas a realizar una gran jugada en una baldosa, recortando a Castellano en dos ocasiones y poniendo un balón al corazón del área que Jozabed mandaría al larguero. El primer aviso había llegado para una UD que no estaba despierta del todo. 

Pero el problema iba a llegar tras un regalo de Bigas a Giuseppe Rossi que el italiano iba a saber aprovechar; el ex del Villarreal encaró la meta de Raúl y cruzó la pelota perfectamente para poner el primero de la tarde. El gol sólo consiguió que el Celta fuera a por más sin compasión. Los gallegos estaban permanentemente en campo amarillo, generando peligro y poniendo muchos problemas en la zaga grancanaria. Dos faltas al borde del área que iban a portería con olor a gol, una de Aspas y otra de Wass, dejaban patente quién dominaba el partido, aunque ningun terminó entrando en la portería.

Mejoría amarilla, error arbitral y jarro de agua fría

Otro balón largo de Wass hacia Aspas dejó al de Moaña solo ante Raúl tras un magnífico control orientado, pero erraría en el mano a mano ante el guardameta canario de forma inexplicable. Antes de eso, Las Palmas estaba intentando mantener posesiones más largas y buscando constantemente que Jonathan Viera entrara en juego. El linier anuló un gol legal de Simón que pudo cambiar la primera parte Al menos de esa manera se había quitado un poco la sensación de empuje que intentaba imponer el Celta aunque dejara espacios atrás. Sin embargo, tal como falló Bigas, también falló Jony al dar un pase hacia atrás que no supo aprovechar un Boateng al que se le fue el control largo y se escoró demasiado en la que era la más peligrosa de los amarillos durante la primera media hora de juego. 

Unos minutos más tardes, la magia de Viera hizo acto de presencia para ponérsela en la bota a un David Simón que definió a la perfección e introdujo la pelota en la portería, aunque el línea anularía el tanto por un fuera de juego que no existía. La mejoría de Las Palmas era evidente, pero poco le duraría a los hombres de Quique Setién. Aspas volvería a loco a Dani Castellano una vez más para rematar una pelota cruzada que Raúl depejó sin demasiada fortuna, ya que Rossí estaba con la caña preparada para darle otro puñetazo en la frente a su rival. De esa manera veía recompensada la UD su mejor cara, con otro gol que le ponía el partido muy cuesta arriba.

Y aún con todo eso, un pase de Boateng de espaldas dejó solo a Vicente y el mediocentro estrelló la pelota en el travesaño para sumar un poco más de mala suerte a los primeros cuarenta minutos amarillos.  

El descanso ayudó a un Celta que estaba muy cómodo con el resultado. Las Palmas iba a necesitar un milagro parecido al que ocurrió en la primera vuelta para puntuar en este partido, aunque con gol se metía de lleno en la pelea por los puntos. En ese sentido, para que el bien común de los amarillos saliese beneficiado era necesario una mayor presencia en el juego de un Jesé desaparecido en combate. El Bichito no estaba a gusto, le estaba costando participar en los ataque grancanarios y se había quedado medio olvidado en una banda izquierda por la que no encontraba la manera de generarle problemas a una defensa celeste que no le estaba sufriendo.

No obstante, otra pérdida en el centro del campo de los amarillos iba a provocar otro cortocircuito en la escuadra grancanaria. Jony robó y Jozabed, con un pase raso y al espacio, dejó a Rossi con campo por delante para encarar a Lizaoin. El italiano evitó la tarascada de David García y con un disparo cruzado completaría su hat-trick particular para sentenciar el encuentro de forma clara. El Celta había castigado cada error de la UD con mucha contundencia y ponía en evidencia una noche en la que su pegada se había mostrado más efectiva que nunca.

Los gallegos se estaban gustando y el resultado les daba la capacidad de poder inventar e imaginar jugadas para divertirse a pesar de que Jesé estuvo a punto de sorprender a Sergio Álvarez. Aun así, Setién quiso hacer cambios en busca de alguna reacción con la entrada de Livaja y Macedo, aunque también podían entenderse como simples movimientos para dar descansos, algo que rápidamente respondió Berizzo quitando a Rossi para meter un centrocampista más como Tucu Hernández; el entrenador argentino no quería ningún tipo de sorpresas.

Un empujón de diez minutos

A pesar de todo, el Celta generaba más peligro que nadie en el partido aun con el resultado muy a favor. Los celtistas tenían ganas de seguir haciendo goles y, aunque Las Palmas estaba teniendo más posesión, no conseguía transformar su dominio de la pelota en peligro, algo que desde el banquillo quisieron cambiar dándole entrada a Halilovic. Sin embargo, todo el juego fue más plano con el paso de los minutos, ya que los vigueses no tenían que correr y los amarillos daban la sensación de estar un tanto derrotados, con muchos jugadores con los brazos en jarra sin saber exactamente cómo habían llegado hasta este punto.

Eso sí, cuando entrábamos en los últimos diez minutos, Pedro Bigas se animó con un disparo lejano que obligaba a Sergio a mandar la pelota por encima de su portería. Bigas anotó un gol y Viera estuvo a punto de poner el segundo a cinco minutos del final El central se había animado y le pegó perfectamente para asustar un poco. Aun así, el mallorquín iba a ver recompensado su intento cuando Viera mandó hacia el centro del área un balón con la cabeza que el propio Bigas remataría de forma acrobática para  iniciar la cuenta de Las Palmas en el luminoso.

La UD quiso empujar un poco más y comenzó a buscar la portería gallega, algo que estuvo a punto de darle el segundo gol cinco minutos después del tanto de Bigas cuando Jesé se la dejó a un Jonathan Viera que venía desde atrás para que el de La Feria rematase, pero no tuvo suerte y mandó la pelota fuera ante la incredulidad de todos.

Con esa circunstancia, el partido fue muriendo y la UD Las Palmas, 224 días después, sumó otro encuentro más sin ganar lejos de su campo. Continúa la maldición.