El Real Madrid no ha vuelto en un estado de forma superlativo tras el Mundial de Qatar. Prueba de ello es la pobre imagen que viene dando el equipo en los recientes partidos y la disparidad de resultados. La derrota en la final de la Supercopa de España frente al Barcelona de Xavi (3-1) ha evidenciado los problemas de un Real Madrid que no compitió en ningún momento con la misma intensidad que los azulgranas.
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Falta de ritmo físico
Bien es sabido que el Real Madrid prepara las temporadas de una forma muy determinada. Antonio Pintus, preparador físico del Real Madrid, establece un sistema en el que la mayor carga de trabajo se realiza en la pretemporada veraniega y en el periodo invernal, con el objetivo de alcanzar la plenitud física en los meses de marzo y abril, donde se empieza a resolver la temporada, tanto en Liga como en Champions League.
Más importante resultará este año el aspecto físico tras el parón por el Mundial, que puede conllevar efectos que nunca antes se habían visto en una temporada canónica de fútbol. Así pues, tras la vuelta, el Real Madrid se presenta a los partidos bajo mínimos, con una capacidad de realizar esfuerzos muy limitada y con una carga de piernas extrema. Si acabará funcionando o no a final de temporada está por ver, pero lo cierto es que el Real Madrid puede dejarse puntos importantes (o títulos) en este período de tiempo.
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Poco banquillo
El Real Madrid afrontaba esta Supercopa de España con las bajas a última hora de David Alaba y Aurélien Tchouameni, dos de los jugadores más importantes del plantel madridista. La baja de estos dos futbolistas, que no viajaron a Arabia Saudí, supuso la incorporación de Antonio Rüdiger y Eduardo Camavinga a los dos onces titulares que planteó Ancelotti frente a Valencia y Barcelona, limitando las opciones de las que podría disponer el italiano desde el banquillo.
Así pues, el elenco de alternativas que manejaba Ancelotti si un partido se complicaba se reducía a Rodrygo, Asensio o Ceballos. Para la defensa, con la lesión de Lucas Vázquez en la semifinal, el preparador italiano únicamente podía contar con Nacho Fernández como alternativa real. Los Hazard, Mariano, Vallejo, Odriozola no cuentan en el día a día del Real Madrid y evidencian una falta de alternativas en la recámara blanca.
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Ambición culé
Evidentemente ningún profesional quiere perder un partido. Mucho menos un título. Pero lo que si pareció evidente desde el primer minuto fue la mayor ambición y determinación del FC Barcelona por conseguir la Supercopa de España. Tanto jugadores como entrenador lanzaron claros mensajes de que querían conseguir esta Supercopa.
Para Xavi suponía su primer título como entrenador del FC Barcelona y le daba una cierta garantía de que su trabajo empezaba a dar sus frutos tras las decepciones europeas sufridas en su tiempo en el cargo. Para la plantilla, suponía el primer título cosechado desde la Copa del Rey que se logró en 2021, cuando Leo Messi aun era figura y capitán del Barça.