Con una sensación térmica de 26° el Cilindro fue el escenario de una noche futbolera en Avellaneda. La Academia sabía que se tenía en frente al puntero de la LPF; por el otro lado un Lanús que prácticamente no había perdido en lo que va del campeonato. Lo cierto es que luego de tres encuentros sin ganar en su estadio, Racing pudo imponerse y dar un paso importante para escalar en la tabla de posiciones.

La propuesta no se negocia. Eso siempre transmitió, transmite y, seguramente, transmitirá el Racing de Gago. Y esto se vio durante todo el primer tiempo. La Academia movió la pelota de un lado a otro para desactivar la constante presión que aplicaban los dirigidos por Kudelka.

Lanús vino con una propuesta de partido algo diferente a lo que venía mostrando. La idea siempre fue estar al acecho a algún error de Racing en sus salidas. Robar rápido y desequilibrar a partir de las corridas de Pedro De La Vega, Eduardo Esquivel y Lautaro Acosta. Sumado a estos tres jugadores, el experimentado Leandro Díaz completaba el ataque granate en Avellaneda.

La primera mitad de Racing fue realmente buena en cuanto a lo que propuso el equipo local. Siempre tuvo la pelota, no se equivocó en las salidas ante la presión de Lanús y llegó al área rival. Cada vez que Johan Carbonero y Matías Rojas se hacían con el balón en sus respectivas bandas los defensores granates sufrieron.

Justamente a partir de un remate del paraguayo fue que se abrió el partido. Ya es sabido de la prodigiosa zurda que tiene el futbolista de Racing. Tal es así que es el encargado de todas las pelotas paradas y pocos son los jugadores que le pueden disputar los tiros libres. Uno de ellos es Gonzalo Piovi, quien terminó siendo uno de los protagonistas de la noche. Lo concreto es que Rojas remató desde afuera del área, y, tras un desvío en Tomás Belmonte, la pelota se clavó en el palo derecho del arquero rival. Arriba Racing en Avellaneda.

El problema que tuvo Lanús fue el planteamiento. Le tuvo demasiado respeto a Racing desde un principio y esto terminó limitando las capacidades ofensivas que ya demostró en lo que va del campeonato. Todo se limitó a jugar de contrataque, táctica valida pero un poco conservadora. Lo concreto fue que durante la primera mitad los de celeste y blanco estuvieron precisos y casi que no le otorgaron alguna posibilidad de ataque al visitante.

Cuando parecía que Tello iba a pitar el final de la primera parte, con un poco de fortuna de por medio, el equipo del sur de Buenos Aires se encontró con el empate tras varias carambolas en el área académica. Luego de un tiro libre, y varios desvíos, la pelota le quedo casi en el punto penal a Raul Loaiza que no dudó y remató fuerte un balón que tuvo destino de red. Casi sin saber cómo El Granate se puso a tiro en Avellaneda.

El festejo de Matías Rojas tras el primer tanto académico. Foto: Racing Club
El festejo académico del primer tanto. Foto: Racing Club

El complementó mostró una cara definitivamente diferente a lo que habían sido los primeros 45´. La cuestión estuvo en si realmente hubo un cambio de planteo en Lanús, o si Racing bajó la intensidad y permitió que el visitante tenga más aproximaciones. La segunda opción parece la más acertada de cara a lo visto en cancha.

Un síntoma evidente de que el equipo de Gago no funcionaba correctamente fue que la pelota no fluyó como lo hizo en el primer tiempo. Las jugadas eran más engorrosas, peleadas y disputadas. Esto presentó un escenario igualado. Ninguno generó peligro real.

Poco le importó a Gonzalo Piovi el transcurso de partido. Al ser reemplazado Matías Rojas en el entretiempo, y teniendo un tiro libre favorable a pocos metros del arco rival, el ex Argentinos Juniors no dudó en ser el encargado del remate. Y no estaba para nada equivocado. A los 58´ ejecutó un remate espectacular al palo de Lucas Acosta que cuando vio el balón ya estaba adentro del arco. Segundo gol consecutivo de tiro libre para el defensor académico.

El instinto de conservación le jugó una mala pasada a Racing y el equipo retrocedió varios pasos en sus propio campo. Esto hizo que Lanús, con más desesperación que creatividad, empezara a lanzar pelotas al área celeste y blanca. Poco fue realmente lo que logró. El partido entro en una faceta de lucha. Todos discutían y se presentaban en cada intervención como si fuera la última.

Sin mucho más para destacar, La Academia pudo aguantar el resultado y se llevó tres puntos importantes para quedar en la octava posición. La Gagoneta arrancó y le avisó a Lanús que también quiere ser uno de los principales animadores del campeonato.