Adiós 2017. Un año que quedará en la mente de todos los aficionados zaragocistas, pero no por ser el mejor, el del ascenso o, por lo menos, el de acercarse a él; si no por ser un año en el que el equipo casi desciende de categoría y provoca su desaparición total del mapa del fútbol español.
Con la nueva temporada todo parecía cambiar, por lo menos se ve a un equipo con ganas aunque no termina de cuajar. Hay que dar un poco de tiempo, es un proyecto de mínimo dos años con entrenador y plantilla diferentes a la temporada 2016/2017.
El año ya no empezaba bien
Todo parecía indicar que el Zaragoza había recuperado su identidad antes del parón navideño, al conseguir dos victorias consecutivas ante el Oviedo en La Romareda por 2-1 y como visitantes ante el Rayo Vallecano por 1-2. Seis puntos que le aupaban desde la posición número 14 al octavo puesto en la clasificación.
Pero las alegrías se convirtieron rápidamente en tristezas y Enero fue un mes pésimo para los aragoneses, que se saldó con tres derrotas en los siguientes tres encuentros ante Girona, Tenerife y el UCAM Murcia.
Pero nadie se esperaba la tormenta que iba a llegar a Zaragoza en los siguientes meses.
Y por fin llegó el esperado cese de Raúl Agné
El entrenador de Mequinenza no había calado bien en la afición zaragocista, ya que a pesar de sus siempre comentadas ruedas de prensa, los resultados no acompañaban y la reacción no llegaba.
Febrero empezaba con una victoria ante el Huesca, que daba un pequeño respiro. Pero pequeño, porque el equipo tuvo que esperar un mes para cosechar de nuevo los tres puntos. Resumiendo: cuatro puntos de los doce posibles, cayendo ante rivales como el Nàstic que estaba en peor situación que los aragoneses.
A partir de aquí, y con el equipo en décimo cuarta posición y lejos de su objetivo, tres partidos le quedaban a Raúl Agné antes de su despido como entrenador del Zaragoza. No supo aprovechar su oportunidad y fue cesado con una victoria y dos derrotas en sus últimos encuentros en el banquillo aragonés. El equipo seguía de capa caída y con el pesimismo por bandera. La afición no daba crédito. Pero pronto llegarían buenas noticias acompañadas de un salvador.
La ilusión volvió a despertar gracias a César Láinez
El que era entrenador del filial aragonés, cuajando una buena temporada con el Deportivo Aragón, que terminó ascendiendo, tomó las riendas de este equipo para encomendarse en una difícil tarea: salvar a su equipo de la quema, del descenso. César Láinez aceptó esta propuesta y consiguió su objetivo tras doce partidos disputados como finales, de los que sólo perdió tres y que salvó al equipo puntuando en nueve encuentros, tres de ellos con victoria.
El equipo lograba la permanencia en la categoría, un objetivo que no era el principal al comenzar la temporada. Tres entrenadores, muchos jugadores, Ángel paso de ser la referencia a dejar de formar parte del equipo, llegó Giorgios Samaras, pero casi no se le vio; y la vuelta de Zapater y Cani se quedaba en "agua de borrajas".
Revolución Arantegui
Como cada mercado de fichajes, el equipo aragonés daba salida a muchos jugadores para traer a otros tantos. De hecho, solo se mantuvieron en la entidad Cezary Wilk, Alberto Zapater, Jesús Valentín, Pombo, Javi Ros y Ratón; a los que había que sumarle la incorporación de Raí, Delmás, Zalaya y Lasure desde el filial. No fue difícil elegir al entrenador, puesto que Natxo González llegaba para ocupar el banquillo aragonés, procedente del Reus.
Altas | Bajas |
Cristián Álvarez | Marcelo Silva |
Simone Grippo | Ángel Rodríguez |
Diogo Verdasca | Jorge Ortí |
Ángel Martinez | Jorge Casado |
Alberto Benito | Leandro Cabrera |
Iñigo Eguaras | Jorge Díaz |
Aleix Febas | Abraham Minero |
Oliver Buff | Fran Rodríguez |
Giorgi Papunashvili | Pablo Alcolea |
Alain Oyarzun | Isaac Carcelén |
Gaizka Toquero | Razvan Popa |
Borja Iglesias | José Enrique |
Mikel González | Macky Bagnack |
Vinícius Araújo | Cani |
Edu García | |
Samaras | |
Sebastian Soja | |
Dongou | |
Feltscher | |
Lanzarote | |
Xabi Irureta | |
Álex Barrera | |
Jordi Xumetra | |
Edu Bedia |
Una lista interminable de bajas para completar con una plantilla totalmente renovada y que empezaba, prácticamente en su totalidad, la pretemporada. Una pretemporada que se saldó con malos resultados y que causaban rumores en la afición zaragocista. ¡Solo tres victorias en ocho encuentros!
Mal arranque seguido de una buena dinámica
La temporada comenzaba con el mismo objetivo que tiene el Zaragoza desde que está en Segunda División: el ascenso a la máxima categoría. Pero lo primero que se encontró la nueva plantilla maña fue una derrota en Tenerife por la mínima, seguido de un empate, una victoria y dos derrotas.
Tras estos resultados, el equipo empezó una racha bastante positiva y que hacía tiempo que no se veía. Siete partidos sin perder, con 11 puntos de 21 posibles, y dejando en la mayoría la portería a cero.
El Real Zaragoza parecía ser una nuevo equipo y la afición acompañaba a su equipo, fruto de los buenos partidos que se vieron, y que se siguen viendo en la actualidad.
La irregularidad se apodera del equipo aragonés
Ningún resultado se repite desde entonces. Derrota, victoria, derrota, empate.... Nada por partida doble en dos jornadas consecutivas, problema que ha desembocado en colocar al equipo en la parte baja de tabla, aunque sin estar en la zona de descenso.
En los últimos partidos del año, el equipo ha visitado Albacete y Valladolid. Del primer encuentro salió con un empate y en Valladolid pasó factura una floja defensa para acabar con un 3-2 en contra. De los 24 puntos posibles en las últimas jornadas, el equipo solo ha conseguido ocho, y se coloca en décimo tercera posición.
Eso sí, avanzó dos rondas en Copa del Rey tras derrotar Granada y Lugo, pero cayó eliminado en la eliminatoria ante el Valencia.
Ahora solo queda esperar que el equipo logré mejores números en La Romareda, donde sólo ha conseguido cuatro victorias en todo el año; y que consiga escalar puestos en la clasificación que le lleven al objetivo deseado.