El cuadro celeste suma cinco jornadas consecutivas sin ganar y se acerca peligrosamente a los puestos de descenso. Los de Coudet no pueden con un Almería bien plantado que se vio favorecido por la expulsión de Gabri Veiga en la primera parte.

Inicio de ida y vuelta

El partido comenzó con numerosos acercamientos de ambos equipos al área contraria, pero sin crear situaciones lo suficientemente peligrosas como para inquietar a los guardametas.

Un caño de Embarba a Mingueza y un pelotazo también del mediocentro madrileño a Aidoo, quien tuvo que ser atendido por los médicos en el 19', fueron las acciones más singulares de los primeros compases de juego; al encuentro le faltaba picante. Atendiendo a esta falta de alicientes deportivos que se estaba palpando en el césped, Gabri Veiga decidió en el minuto 24 clavar un magnífico disparo que entró en la portería de Fernando Martínez tras tocar en el larguero. El canterano celeste celebraría el tanto abrazándose con el "Chacho", en agradecimiento a la confianza que el técnico argentino ha depositado en él esta campaña. 

La visita celeste a Almería se avecinaba alegre después del golazo del porriñés. Sin embargo, tan solo 7 minutos después de firmar un gran tanto para su equipo, Veiga vería la tarjeta roja directa tras clavar los tacos en la pierna de Robertone, dejando a su equipo con 10 y muchos minutos de juego por delante. El acoso del Almería se incrementó a raíz de la superioridad numérica, obligando a los vigueses a defenderse con uñas y dientes para evitar perder la ventaja en el marcador. Un Larsen muy entregado en labores defensivas colaboró para evitar fisuras en el bloque celeste, que logró irse al descanso manteniendo la ventaja.

Foto: LaLiga
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45 minutos de debacle

Tras el descanso, Coudet retiraría del verde a Larsen y Carles Pérez para reestructurar el equipo, dando entrada en su lugar a Tapia y Cervi. Por parte de los locales, Rubi metía a Pozo y Lázaro Vinícius para sentar a Embarba y Mendes en busca de aportar algo de frescura al ataque andaluz.

Precisamente Vinícius sería quien, aprovechando una gran asistencia de Léo Baptistao desde banda derecha, lograría el tanto del empate con un disparo cruzado en el minuto 51'. Solo dos minutos más tarde, el propio Baptistao tendría una gran ocasión para marcar el segundo, pero no acertó a la hora de finalizar. En el 54', como si toda la emoción del partido estuviese programada para concentrarse en 5 minutos, Óscar Rodríguez obligaría a Fernando a realizar una buena parada en la que sería la última buena ocasión para el conjunto de gallego. Las llegadas se sucedían, y el Celta veía cerca el momento de perder la ventaja en el electrónico. Ocurrió en el minuto 59', cuando De la Hoz fulminaba a Marchesín con un potente lanzamiento desde fuera del área.

Rubi olía sangre. Era el momento de matar al rival, y para ello sacó al campo a Dyego Sousa y Ramazani. El Almería llegaba con mucha facilidad al área del Celta, mientras que el equipo del Coudet sufría para cruzar el medio del campo con el balón controlado. En el minuto 77, Del Cerro Grande señalaría la pena máxima a favor del Almería por una falta de Cervi sobre Akieme, pero la revisión digital hizo ver al colegiado que el contacto no existía, y por lo tanto el penalti tampoco. Los locales siguieron atacando con energía hasta el descuento, fatigando a un Celta, que a duras penas era capaz de no dejar huecos en su defensa. El partido se acababa, pero aún había tiempo para que Dyego Sousa dejara solo a Eguaras y este finiquitara la victoria local. Los tres puntos se quedaban en el Power Horse Stadium.

Al final, cuarta derrota celeste en los últimos cinco enfrentamientos que pone el tela de juicio la competitividad de un equipo que cada día se hunde más en la clasificación.