La pizarra: más por menos, la posesión y la lucidez fueron insuficientes

El azulgrana acumula su segunda presentación sin conocer la victoria a domicilio. Durante el partido, el equipo de Luis Enrique dominó ampliamente la posesión del balón, con un 71%, pero en el último tercio careció de pragmatismo. Los cambios le pasaron factura al equipo culé. Repasamos el dispositivo táctico del Barça.

La pizarra: más por menos, la posesión y la lucidez fueron insuficientes
FOTO: Alberto Rodríguez Francisco (Vavel.com)
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Por Oscar Stefano De Antoni

El FC Barcelona volvió a claudicar en su reducto. Por segundo partido consecutivo en Liga, el Camp Nou, no concedió una victoria local. Esta vez, fue empate 1-1 frente al Atlético de Madrid por la jornada 5. Los de la capital, se lo pusieron difícil al blaugrana que contaba con el balón pero no la administraba lúcidamente en el tramo superior del campo. El colchonero, además, estaba estructurado en 30 metros, cerrado atrás y agazapado, esperando por los contragolpes. Pese a ello, los culés se adelantaron por intermedio de Ivan Rakitic en el 40 de partido.

Sin embargo, los de Simeone tomaron la iniciativa en la segunda etapa. Entonces, más predispuestos a atacar y gracias a las sustituciones, en los pies de Ángel Correa llegó al 1-1. Por el contrario, los dueños de casa sintieron las ausencias repentinas de Sergio Busquets y Lionel Messi. Después, el marcador se cerró y ninguno se hizo con el dominio del encuentro. Por eso, el empate fue el resultado más justo.

Al iniciar el partido, los esquemas de la primera pizarra engañaban. El anfitrión, en una ración de diez minutos cambió constantemente su sistema de juego. Al 4-3-3, le añadió la variante del 4-1-3-2. Los dos laterales, con frecuentes incursiones en ofensiva: Sergi Roberto por la derecha y Jordi Alba desde la izquierda, ambos junto a la zaga: Gerard Piqué del centro a la derecha y Javier Mascherano a su izquierda. Por delante, el único pivote del mediocampo: Sergio Busquets. Delante del nacido en Sabadell: Rakitic en la banda derecha, Lionel Messi por el centro y Andrés Iniesta marcando el carril izquierdo. En punta, dos sudamericanos: Luis Suárez del centro a la derecha y Neymar en el sector izquierdo.

A la hora de efectuar la salida mediante las dos alternativas: Busquets y Rakitic, el volante que no adentraba a la zaga conformaba un doble pivote junto a Andrés Iniesta. El de Fuentealbilla, a diferencia de otros partidos estuvo más centrado que de costumbre y no ocupó asiduamente la banda. Los interiores, no se desplazaron tanto hacia afuera, sino que estuvieron centralizados para dar salida a los tándems: Alba-Neymar (izquierda) y Sergi Roberto-Messi (derecha)

El Atlético Madrid, se replegaba en una línea defensiva de cuatro. Dos laterales con salida y retroceso: Juanfran Torres se ubicó en la derecha y Filipe Luis por la izquierda. La zaga era una mezcla de juventud y solvencia: Stefan Savić y Godín. Por delante otra línea de cuatro. En las bandas, Saúl Ñíguez desde la derecha y Yannik Ferreira Carrasco a la izquierda. El doble pivote completaba el centro del campo: Gabi y Koke. Flotando esa línea, en la mediapunta: Antoinne Griezmann. Como única referencia se encontraba: Kevin Gameiro.

En esos primeros 15 minutos, Luis Enrique utilizó formatos que cambió con el transcurso de los minutos. Como el Atlético Madrid se solidificaba en una estructura inmutable y consistente, el asturiano entendió que sobraban jugadores defensivamente. En consecuencia, osciló entre el 2-2-4-2, 2-1-4-1-2 y 3-1-4-2. En el primer sistema, delante de Ter Stegen se encontraban Mascherano y Piqué. En el mediocampo, el doble pivote de Sergio Busquets y atado a la banda Sergi Roberto.  Sobrepasando la línea medular, dos externos como Messi y Alba en las bandas, mientras que Rakitic e Iniesta se encontraban centrados. Completaban esta formación, Suárez y Neymar en punta.

En el segundo, la zaga se desempeñaba en la última línea. Sergio Busquets flotando de pivote defensivo. Posteriormente, de derecha a izquierda: Sergi Roberto, Rakitic, Iniesta y Alba. También, nadando encima de los centrocampistas Messi en una especie de enganche clásico o mediocentro ofensivo. Mantenían la delantera, Suárez-Neymar. El último, incorporaba a Sergi Roberto a la defensiva, Busquets continuaba como el pivote defensivo, luego Rakitic, Messi, Iniesta y Alba, repitiéndose la delantera.

Por su parte, el Atlético Madrid oscilaba defensivamente en el 4-5-1, 4-4-1-1 y 4-6-0. En cada uno de estos dibujos dependía de los posicionamientos de Griezmann y Gameiro. Quien estaba más pendiente de retrasarse por la banda eran Carrasco y Saúl. Griezmann y Gameiro, también. El exnervionense, se colocaba entre Koke y Gabi por delante o a la izquierda de Koke. Gameiro, para despejar toda previsibilidad actuaba de falso nueve, entrando y saliendo de la jugada.

Dos estilos distintos

Durante el partido, la dinámica fue la misma. El Atlético, se posicionaba a la contra. Renunció a dominar la posesión, replegando y contragolpeando mediante incursiones repentinas, de juego directo, tratando de generar superioridad numérica en el centro del campo y romper por fuera a través de Carrasco, Gameiro y Griezmann, los más veloces. Así, llegaron las ocasiones más peligrosas para los visitantes: remate desde afuera del área por parte de Carrasco exigió a Ter Stegen, en el minuto 15. Luego, un desborde del extremo belga,  obligaba a Mascherano a reaccionar in extremis, cuando Gameiro se disponía a definir

El FC Barcelona recurrió a posesiones largas, tocando en corto, con Messi e Iniesta en la doble organización. Hasta el tercio superior del área, la fluidez adquiría dinámica, pero en este tramo final se volvía espesa la circulación de balón. El cerrojo rojiblanco tapaba los caminos a puerta y salvo excepciones, como los remates de media distancia de Iniesta, Messi y Neymar. Incluso, la apertura del marcador llegó por intermedio de una jugada rápida que movieron en el córner entre Neymar e Iniesta y este, ubicó a Rakitic. Previamente, el Barça había acumulado seis jugadores dentro del área (Rakitic, Suárez, Neymar y Messi dentro, Sergi y Alba en el extremo). Asimismo, el empate ocurrió de la misma manera. El Barça se durmió en un tiro libre inofensivo, que los de Simeone transformaron en situación de peligro para Ángel Correa

Más estilos con tres defensas

Los otros dos sistemas que utilizó el entrenador asturiano fueron el 3-3-2-2 (el arquero como jugador de campo) y 3-5-2. En el primero, Ter Stegen se adelantaba eventualmente como el líbero de la zaga, teniendo en los costados a los centrales. Por delante, Busquets, Rakitic e Iniesta. Más arriba, tres ofensivos: Messi y a sus extremos, los laterales. En punta, Suárez y Neymar. En el segundo, Busquets era el líbero de la zaga junto a Mascherano-Piqué en los costados. El mediocampo Sergi, Rakitic, Messi, Iniesta y Alba. Los delanteros: Suárez-Neymar.

Durante los primeros 15 minutos de la complementaria, el FC Barcelona utilizaba el 4-3-3 en ofensiva, pero a la hora de replegar los azulgranas sumaban a Neymar como el cuarto volante desde la banda izquierda. Messi, ya no retrocedía en el campo. Además, después de la pared entre Suárez y Sergi Roberto (minuto 46), que este último no alcanzó a definir, el equipo colchonero plantó otra versión. Más incisivo en  la fase ofensiva, impetuoso e intolerante, sobrepasaba impetuosamente la mitad de cancha. Gameiro se tiraba a la banda y Filipe Luis Remataba a portería llegando a gol.

En seis minutos fatales, el FC Barcelona perdió dos futbolistas vitales: Sergio Busquets (minuto 54) y Lionel Messi (minuto 59). Entonces, el 'Cholo' mandó al campo a dos revulsivos: Fernando Torres y Ángel Correa, en lugar de los inoportunos Gameiro y Saúl. Luis Enrique, mientras tanto, dio ingreso a André Gomes y Arda Turan por 'Busi' y Leo.

Hubo cambio de nombres y esquemas. Los azulgranas, quedaban diagramados 4-4-2 ó 4-5-1, sin el cuero. Turan, ocupaba la banda derecha en la zona medular y a veces Neymar lo hacía en la izquierda. André y Rakitic desempeñaban el doble eje e Iniesta se tiraba a la banda izquierda. Al momento de avanzar en el terreno, se compaginaba un 4-3-3. Los recién ingresados se colocaban de extremo derecho (Turan) y pivote defensivo (André Gomes). Finalmente, al decidir la salida del balón, el futbolista portugués era la primera alternativa. En ese momento, el cuadro catalán determinaba un 3-4-3. Además del exblanquinegre, la zaga completaba la retaguardia. El centro del campo, Sergi Roberto, Rakitic, Iniesta y Alba. En punta, Turan, Suárez y Neymar

Simeone, con la vorágine de los cambios y el gol optó por cambios posicionales. Le otorgó otra impronta a las bandas, con Griezmann por la derecha y Carrasco en la izquierda. El argentino, hacía lo mismo que Turan, se sumaba a la medular para retroceder. Quinto volante en la defensa y extremo en  el ataque. El francés, también. El doble pivote se mantenía y Torres, la referencia de área. Con el último cambio, Thomas Partey osciló en la delantera y el centro del campo, aunque se destinó más a aguantar en defensa, ya que los hombres del Barça acechaban en el área rival. Se configuraba un 4-5-1, el doble pivote junto a Thomas, los hombres de banda retrocediendo: Griezmann y Correa. En punta, Torres. Dependiendo del posicionamiento o adelantamiento de Thomas, variaba entre 4-4-2 y 4-5-1.

En los últimos minutos, el FC Barcelona repitió los esquemas de 2-1-4-3 y 2-2-4-2. En el primero, la zaga, por delante André Gomes, luego interiores y laterales más el tridente con la modificación de Arda. En el último, Rakitic se acoplaba al lado de Gomes en el doble pivote, prosiguiendo una línea de cuatro con Sergi y Alba en las bandas, Iniesta y Arda por dentro. En ataque, Neymar y Suárez.