Homenaje a Wenger: un relevo en medio de la sequía

Cero títulos entre 2005 y 2013 no parece ser un buen balance para esa etapa de Arsène Wenger en el Arsenal. Sin embargo, el relevo generacional que sufrió el conjunto ‘Gunner’ fue la principal causa de una época que reforzó los pilares londinenses.

Homenaje a Wenger: un relevo en medio de la sequía
Fotomontaje: Aitor Sánchez-Rey Larrea (VAVEL.com)
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Por Aitor Sánchez-Rey Larrea

La llegada de Arsène Wenger al banquillo del Arsenal había supuesto un soplo de aire fresco que, además, llegaba acompañado de títulos. En prácticamente una década, el francés ya se había hecho con tres ligas, cuatro FA Cups y cuatro Community Shields, además de haber llevado al equipo a una final europea, en la ahora renombrada UEFA Europa League. Todo era un camino de rosas, pero, como todo camino, llegó un día en el que se terminó. El conjunto Gunner comenzó a preparar una mudanza, la que le llevaba de Hihgbury al Emirates Stadium. Llegaban los cambios a Londres y no solo a lo que al estadio se refiere. Una profunda renovación en la plantilla dejó una consecuencia directa: menos experiencia y, por consiguiente, menos competitividad, lo que llevó al Arsenal a no abrir su vitrina de trofeos desde 2005 hasta 2013.

Se originaron, por tanto, las primeras voces discordantes en torno a un proyecto que había girado su punto de vista hacia el apartado económico. La construcción del nuevo estadio no había sido baladí, aunque los precursores de la idea daban por hecho que este cambio mantendría al conjunto Gunner en la cima futbolística. Keith Edelman, el que fuera director del club, anunciaba que la nueva capacidad del estadio sería fundamental para mantener unos ingresos constantes que serían beneficiosos para la entidad a largo plazo. Lo cierto es que no se equivocó, pero no mostró a su público todos los aspectos de este cambio. El foco ya no estaba en lo deportivo y el proyecto comenzó a desmoronarse.

Un relevo, también en lo generacional

Grandes nombres de la historia del Arsenal comenzaron a hacer sus maletas en los primeros años de esta etapa tan poco fructífera en los competitivo para los Gunners. Dennis Bergkamp, uno de los delanteros míticos de la institución londinense, fue el que marcó el cambio de ciclo. Se marchó dejando inaugurado el Emirates Stadium, pues un partido en su honor fue el primero que acogió el nuevo recinto. El holandés había sido una pieza fundamental en el proyecto de Wenger desde que tomara las riendas del club. Una década siendo la referencia Gunner dio para mucho y su nombre es uno de los que está labrado en letras de oro en la historia del equipo.

Su relevo lo cogió Thierry Henry, el que muchos han denominado como el mejor jugador de la historia del Arsenal. Juntos formaron una dupla de ensueño desde 1999 hasta 2006. Un año después, el francés hace las maletas, dejando a Lehmann como uno de los pocos supervivientes de una de las etapas más doradas del conjunto Gunner. Entre medias también se despidieron otros como Vieira, Gilberto Silva, Pirés, Ashley Cole o Ljungberg. En definitiva, muchos de los más prestigiosos jugadores del equipo londinense cerraban una etapa del club. Pero otros se encargaban de tomar su legado.

Algunos de los integrantes de Los Invencibles en un reencuentro | Fotografía: Arsenal
Algunos de los integrantes de Los Invencibles en un reencuentro | Fotografía: Arsenal

Wenger siempre ha apostado decididamente por los jugadores jóvenes

Unos vienen y otros se van e, incluso, llegan a coincidir. Esto sucedió con futbolistas de la talla de Cesc Fábregas, Rosicky, Robin van Persie o Theo Walcott. Todos ellos estuvieron a la sombra de los grandes referentes del club, pero supieron dar el paso cuando más se les necesitaba. Se marchaba una generación y llegaba otra. Se iba Hihgbury y llegaba el Emirates, pero con caras nuevas. Si hay algo de lo que no se le puede achacar a Wenger es de no apostar por los más jóvenes. El francés siempre ha tenido un ojo en la cantera y, si no, en las categorías inferiores de otros equipos. Ha apostado por la juventud, por las ideas nuevas, por el tipo de fútbol emergente. Pocas veces se ha equivocado y esa es también una de sus notas a tener en cuenta.

Sí, cero títulos en ocho temporadas, pero un relevo a nivel institucional como nunca antes se había visto. El equipo se resintió en lo competitivo, pero quién sabe si no era necesario un punto y aparte como el que se está produciendo en estos momentos en el conjunto Gunner. No fueron los mejores años los que fueron desde 2005 hasta 2013, pero sí años que forjaron un poco más la leyenda de este equipo. Cuatro finales, todas perdidas, pero una enseñanza para el futuro de un valor incalculable.

Un descenso repentino en Premier League

Si hay una competición en la que se acusa la falta de experiencia esa es la Premier League. El torneo de la regularidad nunca ha vuelto a ser el mismo para el Arsenal desde la temporada 2003/2004. Ahí consiguieron su último título, aquel que lograron sin perder ni un solo partido. Quién sabe si por eso no han querido volver a subir a lo más alto de la clasificación, pero lo cierto es que, desde 2005, el equipo no ha dejado de perder distancia con los grandes del fútbol inglés. En esta etapa de cambio, el conjunto dirigido por Wenger alterna terceros y cuartos puestos. Tres veces quedó en la tercera plaza, mientras que en cinco ocasiones tuvieron que contentarse con la cuarta.

Wenger había conseguido tres títulos ligueros y cinco subcampeonatos en sus primeros ocho años

El curso 2005/2006 fue el primero completo de Arsène Wenger en el que no quedaba, al menos segundo. Su inicio fue espectacular y dejó perplejos a todos con su rápida adaptación al fútbol inglés. Salvo en su primera temporada, en la que no consigue que el equipo pase de la tercera plaza, el francés logra tres títulos y cinco subcampeonatos ligueros. El listón estaba muy alto, aunque también hay cifras para el recuerdo. Destacan, sobre todo, los 83 puntos logrados en la temporada 2007/2008, cifra que, junto con la de 2004/2005, supone su tercera mejor puntuación en liga. Sin embargo, el Manchester United se hace con el título, logrando cuatro unidades más. Esto demuestra la complejidad del proyecto que tenía el alsaciano entre manos y da, si cabe, más valor a lo conseguido en estos 22 años.

Luces y sombras coperas

Si hay una competición que se relaciona con Arsène Wenger esa es la FA Cup. El torneo más antiguo del mundo es, a la vez, el que más satisfacciones le ha dado a un entrenador que, sin embargo, tuvo que despedirse de él durante un largo periodo de tiempo. Tras alzarse como campeón en la temporada 2004/2005, el Arsenal no volvería a repetir triunfo hasta 2014. Entre medias, ocho años en los que apenas destaca la semifinal del curso 2008/2009. Unos cuartos, cuatro octavos y dos dieciseisavos son números que contrastan con el pasado y el futuro que tendía el club. Y es que, el conjunto Gunner venía de conseguir tres trofeos en los últimos cinco años, en los que, además, había llegado a una final y a una semifinal. Tras salir de este bache, el Arsenal volvió a la senda del triunfo en la FA Cup y volvió a sumar otros tres títulos en cinco temporadas.

Si entre 2005 y 2013 se vivió la peor época del Arsenal en lo que a la competición copera por excelencia en Inglaterra se refiere, todo lo contrario sucedió en la Copa de la Liga. No ganaron ningún título, de hecho, Wenger no tiene este torneo copero, pero sí vivieron una de sus mejores épocas. Cuatro cuartos de final, dos semifinales y otras dos finales fueron los números de un equipo que rozó con los dedos la gloria. Se quedó a un paso y esa es, por otro lado, la tónica de esta etapa.

El Arsenal pierde cuatro finales. A las dos ya mencionadas de Copa de la Liga hay que añadir la de la Community Shield de 2005, en la que cae derrotado por 2-1 ante un Chelsea que se beneficia del doblete de Didier Drogba. Cesc Fábregas consiguió recortar distancias, pero su tanto no fue suficiente para evitar la derrota en la que, sin embargo, no fue su peor recuerdo.

Una gran oportunidad perdida

Proyecto nuevo, estadio nuevo y plantilla nueva, todo apuntaba hacia una misma dirección: la gloria. Una gloria que podrían haber obtenido en París en 2006. El Arsenal se presentaba en la final de la UEFA Champions League como el equipo a batir. No había perdido ningún partido y todo estaba igualado respecto al otro contendiente, el FC Barcelona. Sin embargo, la expulsión de Lehmann al cuarto de hora hizo saltar todo por los aires. Exactamente igual que el inesperado gol de Campbell en el minuto 37. Se adelantaba el Arsenal contra todo pronóstico, pero la suerte, cruel como casi siempre, le tenía reservado un duro destino a los Gunners. Un gol de Eto’o a un cuarto de hora para el final y otro de Belleti cinco minutos más tarde le dieron el título a un FC Barcelona que cambió el curso de la historia en Londres.

¿Qué hubiera sido del Arsenal de haber conseguido aquella Champions? ¿Hubiera sido una etapa tan mala en lo competitivo como terminó siendo? ¿Se hubiera dado un cambio tan rotundo como el que se produjo? Desde luego, muchas son las preguntas y muy pocas las respuestas, pues es imposible saber qué hubiera deparado la historia si un suceso no se hubiera producido. Lo que está claro es que el aprendizaje que dejó este tramo tanto en Arsène Wenger como en sus jugadores es impagable.


A continuación el resto de apartados que componen este serial:

Homenaje a Wenger

Homenaje a Wenger: Arsène… ¿Quién?

Homenaje a Wenger: un lustro fastuoso, renovación y títulos

Homenaje a Wenger: un final con más sombras que luces

Homenaje a Wenger: la Premier League, una montaña de arena

Homenaje a Wenger: invencibles, únicos e irrepetibles

Homenaje a Wenger: un imborrable legado copero

Homenaje a Wenger: Europa, su asignatura pendiente

Homenaje a Wenger: lo que pudo ser y no fue en Europa

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Homenaje a Wenger: mucho más que un entrenador